A RAS DE CIELO, escribo.
Desde mí hacia ti.
Desde la profunda raíz de las enredaderas que pueblan las paredes de mi casa tranquila.
Escribo por placer, que es necesidad.
para cicatrizar el óxido de las noches.
Escribo para mí,
desde esta tierra humedecida por la lluvia.
Y apenas un resquicio de verdad asoma por los destartalados versos que respiro.
Y así pasa la tarde,
cuando la vida empuja.
Cuando el orden es caos y el desorden, anhelo.
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