jueves, febrero 20, 2025

Ringo Starr

 Ringo Starr refrendó su amor por el country-rock

El exbeatle grabó once canciones que lo muestran en buena artística a los 84 años. "Todavía amo tocar", dice Ringo, que entrega aquí un álbum sencillo y cálido, aunque sin grandes revelaciones. 

Se detecta fácil en Joseph “T-Bone” Burnett su prosapia country. No solo porque, nacido en Misuri, abrazó el género de joven y lo fue desgranando, puliendo, hasta poder imprimir con su guitarra el toque campero que Bob Dylan demandaba para su gira “Rolling Thunder Revue”. O producirle –con su instinto catalizador- temas a Roy Orbison, John Mellencamp, Willie Nelson, Robert Plant y Leon Russell, que requerían lo mismo que Dylan, mediando los setenta: tacto y data country. No tardaría pues el fundador de Alpha Band en toparse fuerte con otro de los suyos: Ringo Starr. De los suyos porque, a pesar del zarandeo de abismal diversidad musical en que el baterista se vio imbuido a partir de su estancia en The Beatles, nunca olvidó su amor por las músicas vaqueras que amaba de tanto escuchar a tipos como Ernest Tubb, Willie Nelson, Hank Williams y Gene Autry.

Por ello fue que a Ringo le dieron las ganas y la voz para encarar “Act Naturally”, pieza de Voni Morrison y Johnny Russell que The Beatles versionaron en Help!; y “Don`t pass me by”, tema del propio Ringo que, tras ser rechazado por sus compañeros en 1963, fue finalmente aceptado cinco años después, en The White Album. Pasos previos ambos al connotado Beaucoups of Blues, su muy Nashville disco solista publicado en 1970.

Y por ello ahora es que, a través de un disco reciente edición (Look Up), Starr refrendó su amor por el country-rock. Fruto de la alianza con Burnett, cuyo apodo –dicho sea de paso- es por el legendario blusero “T-Bone” Walker, nació un trabajo de once canciones, cuyo origen se remonta a un encuentro entre ambos en la casa de Olivia Harrison, la viuda de George. Luego, Ringo entregó a Joseph una oda al amor llamada “Thankful”, el productor no solo la mejoró sino que sumó temas y músicos (la cantante de bluegrass Molly Tuttle y los guitarristas Billy Strings y Joe Walsh, entre ellos), el por siempre Beatle activó a su turno voz y batería, y trabajo finiquito.

Holísticamente, Look Up es una obra sólida, sencilla y cálida, pero sin grandes revelaciones. Concentra en sí el latir de un ser humano de 84 años que se muestra aplomado en tiempo, forma y espacio. De ahí que su sonido apacible, de una cosa rural más idealizada que real sea su marca distintiva. El country un tanto light del tema epónimo, apoyado en un video de rémoras hippies –personas que forman en círculo un símbolo de la paz, mirando hacia arriba-, sintetiza bastante el espíritu global. Aunque tal vez sea por el lado de “String Theory”, “Never let me go” o “Rosetta” que haya que buscar la trascendencia en la canción. La primera –balada ella- por su vuelo rasante, colocado, en perfecta conexión con el country-rock buscado por “T-Bone” y Ringo. La segunda, por su viaje hacia atrás, en busca del skiffle que enamoró al baterista allende los años, cuando todavía era parte de Rory Storm & The Hurricanes. Y la tercera, porque brilla en una instrumentación a medida. En especial por el sonido que Rebecca Lovell imprime a su mandolina, y Joe Walsh, a su mágica guitarra slide. Nota aquí.



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