LOS BLANDOS RELOJES DEL VIENTO
Ahí van los relojes arrastrados por el tiempo
visten de algodones el vuelo
el estaño sobre la mar se ha posado como un enorme cuervo
induce el cielo gris
a esconderme bajo los vientos
las horas caminan despacio
como pasitos de un chino viejo
hay una hora vespertina
la hora azul dicen los poetas
de madrugada la luz
entra de puntillas en la alcoba
levantando los visillos
del verso azulado del tiempo
curioso que los poetas del alba
tejan encaje de bolillos
para despertar el universo
la hora azul de la anochecida
de madrugada es plomo siniestro
las campanas de la vida
tañen un reguero de muertos
ahí van los relojes del viento
azucarillos en anís de verbena
diluidos en el vaso del tiempo
empujando del silencio su oremus.
Dalí: La persistencia de la memoria.
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