Madrid premia la incultura mix plomizo
No encontrando otro mejor,
el alcalde madrileño
ha puesto todo su empeño
pagándole algún favor
a un tal Mario Vaquerizo,
por lo que hace o no hizo,
en la esquizoide Movida
madrileña, y el druida
presume de ser castizo.
Ser propietario de casta
de pisos en la Gran Vía,
otorga al mozo sangría
para acumular más pasta,
y exhibirse en la subasta
del teatro más hortera,
vulgar cual vieja portera
del barrio de Chamberí,
capullito de alhelí,
cojo de mala cojera.
¿No hay en Madrid otra gente,
más culta, más ciudadana,
universal, no liviana,
con cuatro dedos de frente,
para poner nombre a un puente,
a un teatro, una plazuela,
universidad o escuela,
un circo o gran avenida,
para invocar la Movida,
gente sana que no huela?
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