Hijos de inmigrantes que se han convertido en referentes en una sociedad que se resiste a representar su diversidad.
El Chojin, Hiba Abouk, Ouyang Zhu, Delarue... Sus padres llegaron a España desde América Latina, China o África. Se han hecho un hueco en el mundo de la gastronomía, la música, la moda, el cine o la literatura. Muchos crecieron sin referentes que no fueran blancos. Esperan que a los de la siguiente generación no les suceda lo mismo.
“Llevo 30 años respondiendo a esta pregunta. Estoy cansado. Que si viví racismo de pequeño… Mira, esto sucede aún porque no se nos escucha, porque se nos trata de segunda generación, cuando no somos segunda generación de nada. Se nos extranjeriza, se nos ve como algo exótico, no como parte de esta sociedad”. Habla El Chojin (Torrejón de Ardoz, 48 años), rapero de descendencia ecuatoguineana. Sus discos los escucharon y aún los escuchan miles de personas. Sus versos han sido recitados incluso por la reina Letizia —en 2023, durante la celebración del Día Internacional de la Salud Mental—. Ha escrito dos novelas (“en una fui deliberadamente vago con la descripción de los personajes y al final quise incluir una página en la que decía que todos eran negros, porque estoy harto de que en la ficción de aquí no se normalice que hay abogados o médicos que no son blancos”). Ha participado en programas de televisión y de radio. Sus temas han formado parte de campañas de Amnistía Internacional dos veces. Tiene un récord Guinness que certifica que es la persona que más sílabas pronuncia por minuto.
Es un referente musical y del activismo. En la universidad era uno de los dos únicos estudiantes racializados (“la otra persona terminó siendo mi esposa”). En 2019, según datos de la UNED, el porcentaje de estudiantes universitarios de origen no europeo en España era del 15. El último INE concluye que actualmente viven en España 2,6 millones de personas con al menos un progenitor extranjero. Muchos de ellos descienden de los llegados entre 1998 y 2008, cuando el país pasó de albergar a poco más de 600.000 extranjeros a los más de 5 millones que vivían aquí cuando estalló la crisis de las subprime.
El Chojin, junto con Jotamayúscula o Frank T, todos con orígenes latinos y/o africanos, fueron estandarte de la revolución hip hop en España. En aquel momento alguien podría incluso pensar que los raperos de origen no europeo estaban sobrerrepresentados en la escena. Pero tres décadas después, la presencia de músicos racializados en el mainstream patrio se reduce a Morad, el rapero catalán de origen magrebí. Mientras, emergentes figuras de esta llamada segunda generación, como Delarue o Huda, esperan su momento desde los márgenes de una industria que mantiene, al menos aquí, el bum de los sonidos urbanos y latinos como un asunto esencialmente blanco o turístico. De momento. Delarue, rapero de ascendencia marroquí y guineana, nacido y criado en los madrileños barrios de Lavapiés y San Blas, siente que algo está cambiando: “Hay mucha diversidad y poco a poco va mejorando la cosa. No hay que priorizar propuestas blancas o negras. Manda la música, y eso es lo que hay que valorar, que está llegando a nuevos lugares”. Nota aquí.
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