La Maldición de Innsmouth
El frío del cieno escarchado se cuela en sábanas, huesos y herrumbre.
Musgo en los calcetines,
Manos de muerto,
El vórtice polar está borracho, y tambaleando,
Roza mis ideas escasas.
Flota en el aire la maldición de Innsmouth.
No hay luz ni túnel,
Solo escamas,
Y ese placer al inspirar en la pescadería
Cuando la justicia es una balanza trucada.

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