Ella
Ella, en dos ocasiones, del pozo de la orfandad, salió seca,
A codazos, se sentó a la mesa,
Y en trabajos duros desvió su columna vertebral.
Y aún así, no tuvo miedo a parir dos seres magníficos,
Yo me hubiese echado atrás, y aún así, me eligió,
No llego a entender que vió en este carpintero de nubes,
pero, cuando regala su sonrisa,
Cae el "Gordo" de Navidad.
Dicen que hay más genio en ella
que en la lámpara de Aladino,
Pero yo la he visto ayudar a ancianos,
Y hacer favores a los desvalidos.
Cuando me da permiso,
Exploro su piel canela,
Y, si en el paraíso hay tobogán,
Será como cualquiera de sus piernas.

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