miércoles, diciembre 17, 2025

Rodolfo Serrano

 Pombo en el recuerdo

Era un tipo de esos inolvidables.
Tenía ya sus años.
Y vivía
en el sueño perdido de otro tiempo
en que el mundo
y su cuerpo eran muy jóvenes.
El vasito de vino —o los vasitos—
al filo de la tarde,
la cuadrilla
de amigos en el Rastro,
un cantecito
cuando la luz dormía en la taberna.
Tuvo días de glorias y de amores.
Nos decía que era demasiado
guapo para ser hombre.
Y que hubo un tiempo,
brillante,
en el que puso
su corazón en almoneda.
Conoció lo peor y lo más grande
de la noche,
el flamenco y la canalla.
Siempre sobrevivió a las despedidas,
despreció, con dolor
y a pie, a la muerte
cuando abrazaba, fría, a sus amigos.
Miraba a las muchachas
y en sus ojos
podía adivinarse la lejana
pasión por una piel,
casi olvidada,
añoranza de amores en la niebla,
un chispazo de luz,
ya nada apenas.
Aún vive en las tabernas,
en el alma
de golfos y poetas, en las noches
de cante y soledad,
cuando su risa,
ahogada por los años de tabacos,
se pierde por las calles
y me abraza
en la feliz nostalgia de otros días.
Foto de Raul Cancio.



0 comentarios: