sábado, diciembre 13, 2025

Héctor Alterio

 Muere a los 96 años el actor hispanoargentino Héctor Alterio

El intérprete de filmes como ‘Cría cuervos’, ‘El hijo de la novia’ o ‘La historia oficial’, y de larguísima trayectoria en teatro y tele, se mudó a España en 1975 por amenazas de la ultraderecha

El actor Héctor Alterio ha fallecido este sábado en Madrid a los 96 años, según ha informado su familia en un comunicado distribuido por Pentación Espectáculos, productora de su última obra teatral, Una pequeña historia. De nacionalidad hispanoargentina, y aún en activo, deja en su haber una larga trayectoria en teatro, cine y televisión. Es uno de los artistas más destacados de su generación, recibió el Goya de Honor en 2004, y padre, además, de los también actores Malena y Ernesto Alterio.

Muestra de su talento es que, aunque viviera en España desde 1975 por amenazas de la Triple A, la banda paramilitar ultraderechista, apareció en cuatro de las ocho películas argentinas candidatas a Oscar, y en la primera que lo ganó: La historia oficial. Además, actuó en filmes ya clásicos como Cría cuervos, El hijo de la novia, Las huellas borradas (con el otro grande de su generación, Federico Luppi), Pascual Duarte, Asignatura pendiente, El detective y la muerte, La escopeta nacional...

Su familia se ha despedido escribiendo: “Con profundo dolor queremos comunicaros que hoy, 13 de diciembre por la mañana, nos ha dejado Héctor Alterio. Se fue en paz después de una vida larga y plena dedicada a su familia y al arte, estando activo profesionalmente hasta el día de hoy. Descanse en paz”.

Hijo de inmigrantes originarios de Molise, en la Italia meridional, Héctor Alterio nació en Buenos Aires y empezó en el teatro con 18 años, justo donde ha acabado su carrera, con una gira con el texto Una pequeña historia, de tintes autobiográficos. “Me da la posibilidad de expresarme. No tengo otra. Y me sigue gustando muchísimo entretener a los demás. A lo largo de mi vida he buscado sobre todo dos cosas: entretener y que me crean, que crean en lo que estoy haciendo sobre un escenario. Esto es muy importante. Para mí actuar ha sido una búsqueda incesante de la verdad”, contaba el pasado mes de mayo en El País Semanal, cuando se cumplían 50 años de su exilio en España.

Sobre su infancia, complicada por la muerte de su padre cuando él tenía 12 años, por lo que se puso a trabajar, contaba: “Cuando era niño me dedicaba a divertir a mis amigos. Imitaba, cantaba… lo que hiciera falta. Me llamaban el flaco, y me pedían cosas. ‘Eh, flaco, haz de mendigo’. Y yo me tapaba un ojo, cojeaba, me tumbaba a pedir limosna y estiraba la mano para ver si caían monedas. Y caían. Me di cuenta de que sabía hacer cosas que los demás no sabían hacer. Tenía ese poder y eso me hacía sentir muy bien. Las carcajadas de mis amigos eran un regalo que me fascinaba. Luego pasaba semanas y semanas viviendo de esos recuerdos".

Desde joven tuvo gran éxito en Argentina porque al acabar los estudios creó la compañía Nuevo Teatro en 1950, que estuvo hasta 1968 en activo. Al cine llegó al final de esa etapa, en 1967, con Cómo seducir a una mujer. A finales de esos años ya había enganchado con los directores punteros de su país, como Leopoldo Torre Nilson (Estirpe de raza, La maffia y Los siete locos), Juan José Jusid (La fidelidad) y Héctor Olivera (La Patagonia rebelde y La venganza del Beto Sánchez). Se había casado en 1969 con la psicoterapeuta Ángela Bacaicoa, y de ese matrimonio nacieron Ernesto (1970) y Malena (1974).

Alterio tuvo que abandonar precipitadamente su país en 1975, porque durante un viaje a España para presentar en el festival de San Sebastián La tregua, de Sergio Renán, basada en la novela de Mario Benedetti y la primera película argentina nominada al Oscar a mejor película extranjera, la Triple A, la banda terrorista de ultraderecha que asesinó a más de 1.000 personas, le envió esta amenaza: “Si en 48 horas no abandona Buenos Aires, será ejecutado en el lugar en el que se encuentre”. El actor se quedó en España, adonde tiempo más tarde llegaron su esposa y sus hijos. “Fue muy duro pensar que no podíamos volver a Argentina. Buenos Aires se convirtió en mi paraíso. No hay otros paraísos que los paraísos perdidos, como decía Borges”.

Desde su exilio, Alterio participó en numerosas producciones españolas, como Cría cuervos (1976); Pascual Duarte (1975); A un dios desconocido (1977), un trabajo que le brindó el premio al mejor actor en el festival de San Sebastián; La guerra de papá (1977); Las truchas (1978); ¿Qué hace una chica como tú en un sitio como este? (1978); La escopeta nacional (1978); El crimen de Cuenca (1979); El nido (1980), de Jaime de Armiñán, nominada al Oscar...

Ya era uno más en el cine español, aunque no dejó de viajar a Argentina a filmar, por eso su nombre aparece en cuatro de las cinco primeras películas argentinas candidatas al Oscar (han sido, por ahora, ocho), galardón que por primera vez ganó su país natal con La historia oficial (1985), de Luis Puenzo, donde encarnaba a un empresario enriquecido con la dictadura.

Alterio compaginó el cine con el teatro y la televisión. Porque su presencia, su capacidad para transmitir una bondad infinita o la maldad más oscura y sus ojos azules, además de ese talento que en los intérpretes argentinos no tiene fin, le granjearon décadas de trabajos encadenados. En cine, Don Juan en los infiernos (1991) y El detective y la muerte (1994), ambas de Gonzalo Suárez; Asesinato en el comité central; Mi general; Tango feroz; El rey del río; Caballos salvajes; Cenizas del paraíso; y en 1999 llegaría Las huellas borradas, junto a Federico Luppi. En la década de los noventa y la primera década del siglo XXI rodó hasta cuatro filmes al año: Sé quién eres, Plata quemada, Sagitario, el exitazo El hijo de la novia (en la que volvió a encarnar, como en La historia oficial, al marido de Norma Aleandro, cuyo personaje protagonizaba ambos filmes), Kamchatka, Noviembre, Intruders...

En televisión apareció en Anillos de oro, Teresa de Jesús, Segunda enseñanza, El Quijote, Cuéntame cómo pasó... En la serie hispanoargentina Vientos de agua, que narra la experiencia de migratoria a Argentina de un exiliado de la Revolución de Asturias en 1934 y el retorno de su hijo en 2001 expulsado por crisis económica de ese país, actuaron tanto él como su hijo: en realidad ambos hacían el mismo personaje, solo que Héctor le dio vida de anciano y Ernesto de joven, razón por la cual no se cruzaron nunca en el desarrollo de la serie. Este año ha aparecido en televisión por última vez en Su majestad, de Borja Cobeaga y Diego San José, con Ernesto de secundario.

En mayo, dijo a este diario: “La vida pasa muy rápido. Demasiado rápido. Se va con un soplo. No esperaba llegar a la edad que tengo. Y sé que tengo poco tiempo para seguir trabajando y para seguir viviendo, así que prefiero no pensar demasiado ni en el pasado ni en el futuro. Vivo mi día a día tranquilo”.Nota aquí.








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