jueves, diciembre 11, 2025

Café Rivarola

 Cafetines de Buenos Aires: el sueño cumplido de dos porteños que abrieron un sitio en la cuadra más parisina de la ciudad

En la manzana de las calles Mitre, Talcahuano, Perón y Uruguay del barrio San Nicolás irrumpe el Pasaje Rivarola, un rincón no muy conocido de Buenos Aires inaugurado en 1924, con otro nombre. Con una simetría idéntica entre ambos frentes, y con duras restricciones acerca del uso de sus edificios, desde 2023 se alza ahí el Café Rivarola: un local que invita a conocer una calle, un pasaje que permite descubrir un café.

En pleno Centro de la ciudad, barrio San Nicolás, un pasaje rompió el dibujo primitivo trazado por Juan de Garay antes de que sucediera el ensanche de Avenida Corrientes, la construcción de la 9 de Julio o el trazado de las diagonales Roca y Sáenz Peña. Es el Pasaje Rivarola, inaugurado en 1924 y que corre con sentido sur/norte en la manzana de las calles Mitre, Talcahuano, Perón y Uruguay.

Antes de contar el Café Rivarola creo conveniente darle un poco de contexto a este rincón no muy conocido de Buenos Aires. En 1924 el país estaba presidido por Marcelo Torcuato de Alvear, un radical liberal porteño que, luego de desempeñarse como embajador en Francia, vino a suceder al gobierno de Hipólito Yrigoyen. La Capital atravesaba su período de la Belle Époque. Y París era el modelo cultural a copiar. Por entonces, la Compañía de Seguros La Rural pidió autorización para perforar la manzana mencionada con la idea de abrir un pasaje. La traza definitiva se recostó sobre Talcahuano porque de haberlo hecho justo por el centro de la manzana hubiese afectado al edificio que la colectividad italiana inauguró en 1914 con entrada por Tte. Gral. Juan Domingo Perón 1372. Se trata de la sede de la Mutual Unione e Benevolenza, la institución italiana creada en La Boca a mediados del siglo XIX que brindaba apoyo a los miembros de la comunidad más numerosa y poderosa de la ciudad por sobre las veleidades de parecer franceses que reinaban entre unas pocas familias porteñas.

Lo cierto es que la apertura del Pasaje La Rural —tal fue su denominación original— resultó un negocio inmobiliario formidable porque transformaba los fondos de los lotes que miraban hacia Talcahuano, con escaso valor comercial por metro cuadrado, en dos frentes de nuevas viviendas. El proyecto arquitectónico fue realizado por el Estudio Petersen, Thiele y Cruz. Y la construcción estuvo a cargo de la empresa de capitales alemanes Geopé, responsable de grandes edificios en la ciudad como por ejemplo: el Correo Central, el Colegio Nacional de Buenos Aires, el Obelisco y el estadio del Club Atlético Boca Juniors “La Bombonera”. Nota aquí.





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