La llamada.
Comiendo pipas de girasol,
sentado en un banco del parque,
la tarde alumbra tu aburrimiento.
No era esto lo prometido:
niño perdido, desde el andamio,
todo tu barrio te veneraba.
Y ahora sueñas en la cola del paro,
con un verano con playas de oro que no verás.
sentado en un banco del parque,
la tarde alumbra tu aburrimiento.
No era esto lo prometido:
niño perdido, desde el andamio,
todo tu barrio te veneraba.
Y ahora sueñas en la cola del paro,
con un verano con playas de oro que no verás.
Completo aquí.
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