domingo, agosto 12, 2018

Brandoni & Francella

“Cuando hay coincidencias, no importan los temperamentos”
Dos de los actores más populares del ámbito local animan la nueva película de Gastón Duprat, en su debut como director solista, la historia de una amistad difícil en el mundillo de las artes plásticas. “Los grandes artistas siempre trabajan como bueyes”, afirman.
Hace nueve años, Gastón Duprat y Mariano Cohn estrenaron una película titulada El artista. Allí, Sergio Pángaro interpretaba a un enfermero cuya misión consistía en cuidar a viejitos en un geriátrico. Uno de ellos, interpretado por el recordado escritor Alberto Laiseca, pintaba obras dignas de un talentoso artista plástico. Y la película mostraba cómo el enfermero le robaba las obras que el viejo realizaba, las presentaba como propias en los circuitos de exhibición y así ganaba fama y dinero. Nueve años después, Gastón Duprat debuta como director solista (aunque Cohn está en el rol de productor) en una historia ficcional que vuelve sobre el universo del arte. Pero ahora, Mi obra maestra –que se estrena el próximo jueves– profundiza en sus contradicciones, como también muestra la frivolidad y el esnobismo que muchas veces tienen los habitantes de este sector de la cultura. Incluso, se pregunta cómo juegan los negocios –fraude incluido– en el ámbito de los galeristas. Los guiones de las dos películas fueron escritos por Andrés Duprat, el hermano del cineasta, que  también es curador de arte y actual director del Museo Nacional de Bellas Artes. De modo que si bien Mi obra maestra es una ficción, la verosimilitud de ciertas prácticas que ahora se verán en la pantalla grande está garantizada. Nota aquí.


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