lunes, diciembre 31, 2018

Rodolfo Serrano

Así son las cosas, colegas

Al fin y al cabo, siempre llega la tristeza.
Es cuando te das cuenta que has querido
-a amigos o a mujeres- por encima
de sus posibilidades. Y has pensado,
tal vez, que siempre siempre
tendrías unas manos, un corazón caliente
donde buscar refugio de los fríos.

Pero nunca es así. Se quiere, se ama
sin ninguna equivalencia. Y tú terminas
en la barra de un bar desconocido,
hablando al camarero de este tiempo
tan caluroso para un invierno raro.
Olvídate de amigos y de amores. Vive
los días sin más preocupaciones
que dar con un buen vino en la taberna.
Y recógete pronto. Relee esos libros
amados de poesía. Y deja, sobre todo,
que,lo mismo que la niebla, se diluya
el recuerdo de amantes y de amigos
que jamás van a ser igual que lo soñaste.
Que la vida les guarde de tu olvido.
Que el corazón, el tuyo, nunca sufra
por su ausencia. No hay amores
que el tiempo no convierta en polvo y frío.


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