Paco nos cuenta en su blog.
En un poema de El aprendizaje del miedo escribí:
"La vida sigue sucediendo afuera,
tras la ventana,
ajena a su desgracia."
Y se me vienen encima aquellos versos pergeñados en la habitación de un hospital de Córdoba donde las incontables horas pasaban lentas, mirando a través del cristal como todo seguía su ritmo salvo la sensación del propio tiempo detenido, como quien ha sido expulsado de algún paraíso del que sólo queda la memoria vivida.
Ahora la visión es distinta. Miro la inmovilidad de las despobladas calles como quien se acerca a un cuadro, a una naturaleza muerta, y esta vez siento que la vida sucede dentro del cristal y que el paraíso es una habitación llena de libros. Me acerco a ellos como el náufrago que se aferra a su tabla y esta vez es El llanto de Aquiles (Huerga y Fierro Editores), de Rodolfo Serrano, quien me salva. Crónica aquí.
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