El primer disco de Bob Dylan, sesenta años después
Sólo dos de las canciones incluidas en el trabajo estaban firmadas por el trovador de Minnesota: “Talkin' New York” y “Song to Woody”. “Lo que hacía entonces era mirar la tradición y trabajar sobre ella”, dijo sobre las versiones que registró, muchas en una sola toma, hasta conformar un racimo de piezas poco radiables, nada comerciales, que le sacaban edulcorante al soft folk de la era.
Los rubios surfistas de California y sus chicas playeras se rendían a los pies de “Surfin' Safari”, de los Beach Boys, o de “Baby Talk”, de Jan and Dean. El sonido Mersey hacía estragos entre los demás jóvenes, al igual que las resonancias persistentes de “Runaway”, hit de Del Shannon, y la maravillosa “Green Onions”, a cargo de Booker T and the MG's. Los primeros temitas de Herman's Hermits, el quinteto rubio de Manchester, junto al alba de The Beatles al tranco pop de “Love Me Do”, el disco debut de Stevie Wonder y aquí Astor Piazzolla grabando el enorme Nuestro tiempo configuraban el marco, el contexto, los tiempos en que un personaje hermético e irascible vino a ponerle los puntos a todo eso. Bob Dylan, por supuesto. Nota aquí.
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