Virgen de La Paloma: siglos de tradición y devoción
La devoción en Madrid por la Virgen de la Paloma viene de antiguo. Desde el siglo XVIII, al llegar la fecha del 15 de agosto, las calles y plazas cercanas a la iglesia de San Pedro el Real se engalanan. Es una de las formas de honrar a la que, sin ser la patrona de los madrileños, es la Virgen más castiza.
La Virgen de la Paloma, cuyo cuadro está situado en la parroquia de la Virgen de la Paloma y de San Pedro el Real, en el madrileño barrio de La Latina, es una de las mas queridas de Madrid. De igual manera, sus fiestas son unas de las más celebradas por vecinos, madrileños y quienes deciden acercarse en estos días a la capital para disfrutar del bullicio de los festejos.
Verbena y piezas líricas
Aunque la comisión de festejos decide año tras año cuál es el patio mejor engalanado, son los propios vecinos los que no pueden evitar actuar como jueces. También los visitantes, que cumplen con la tradición de tomar unos churros tras visitar la verbena popular.
El ambiente de las Fiestas de la Paloma se ha mantenido intacto con el correr de los años. El maestro Tomás Bretón lo recogía en 1894 las piezas de sainete lírico que hoy siguen teniendo la misma fama que entonces, como “La Verbena de la Paloma” o “El boticario y las chulapas”. Nota aquí.
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