EL ABUELO
Todavía cada noche
oía sonidos de picos
de picos y de palas
golpes de puertas metálicas
seguidos de un largo silencio
entrada la madrugada
pasaron meses y años
sembrados de muchos miedos
que enterraban las palabras
en la alcoba los silencios
eran amarga pesadilla
entre sudores y lágrimas
con el tiempo vino el olvido
que en los huesos se amagaban
escondidos de tanto dolor
cuerpos inertes al alba
vuelta al tajo
al lodo y a los quejidos
sueños repletos de rabia
un día no despertó
era ya muy de mañana
mamá el abuelo no me oye
yo le tiro de la manta
tiene los ojos abiertos
pero no dice palabra
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