domingo, noviembre 19, 2023

Víctor Manuel

“Soy más feminista que Ana Belén”

El cantautor, que culmina en Madrid una gira de más de 100 conciertos por toda España, confiesa, divertido, que hoy solo salvaría el 10% de su repertorio y que no le puede gustar a todo el mundo

El salón del chalé donde Víctor Manuel y su esposa y compañera artística de medio siglo, Ana Belén, tienen su oficina está presidido por un retrato a carboncillo de Ana para el cartel de Divinas palabras (1988), una de las películas facturadas por Víctor en su época de productor cinematográfico, que casi lo llevó a la ruina. Lo cuenta él mismo, vestido de negro impoluto, con la única nota de color de la nívea pelambrera cortada a cepillo y el envidiable bronceado dorándole el rostro. Se lo alabo, el moreno, y me aclara que no es de ninguna playa, sino de andar por el barrio: un acomodado distrito madrileño donde abundan las banderas. Las de los países de las embajadas y consulados que menudean en sus elegantes calles, y las de España, colgadas de muchos balcones.

¿Camina para para bajar colesterol?

Qué va, lo tengo bajísimo: colesterol pediátrico, dice el médico. Camino porque me siento bien y porque así se me ocurren cosas, posibles melodías, versos. Además, me encuentro a mucha gente de mi edad y ya hasta nos saludamos.

¿Saben que es usted Víctor Manuel, Víctor Manuel?

Supongo. El otro día, uno se acercó y se me puso a defender a Rusia frente a Ucrania. Y no es la primera vez que me pasa, que me aborden para comentar o discutir sobre cosas de política. Es muy difícil escaparse de mi personaje público, pero, en cuanto bajas de la ratio de los 50 años, eso baja drásticamente.

¿Los jóvenes ya no le reconocen?

Pocos, aunque ha bajado la media de edad en mis conciertos. En esta gira hay gente que me ha dicho que sus hijos o nietos les regalaron las entradas. Y quien me vio hace 20 o 30 años y tiene el cuajo de volver a pagar para verme. Eso es la hostia, eso un milagro.

¿Qué hizo para merecer eso?

Las canciones. Alguien, alguna vez, oyó una canción mía, le tocó por dentro, y siente que merece la pena escuchar a este tío de vez en cuando. Cada generación tiene sus músicas, pero todo el mundo se enamora, todo el mundo tiene un abuelo...

... Aunque no fuera picador, allá en la mina.

Exacto. Hay quien se sabe mis canciones sin saberlo porque lleva toda la puta vida escuchándome. Ese es el poder de la música, el de instalarse en el disco duro de cada uno, y el misterio es por qué unas se quedan y otras, no. Nota aquí.




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