sábado, noviembre 23, 2024

La Delio Valdez

 "Encontrarnos es un acto revolucionario, necesario"

La cantante Ivonne Guzmán enumera varios motivos de festejo más allá del cumpleaños de la orquesta, que incluyen su expansión estilística y el exitoso esquema de autogestión y cooperativismo.

En Argentina, la movida tropical y cumbiera es, hace mucho tiempo, un fenómeno pujante, masivo y popular. Y se expande por todos los rincones del país, desde el centro a la periferia. Más allá de no estar siempre en el radar de la industria musical o los grandes medios de comunicación, la cumbia late con vitalidad en las fiestas, bares, boliches, bailantas, teatros y casas de todo el país. Hace quince años, en 2009, nació en territorio porteño un proyecto musical que inauguró una nueva etapa en la cumbia argentina: La Delio Valdez, que revitalizó el género y logró reposicionar el formato de orquesta de cumbia. Una tradición musical –la orquestal- creada en la década del ’40 en Colombia por Lucho Bermúdez que La Delio actualizó con una buena dosis de rock argentino, jazz, psicodelia, chamamé, salsa, música andina y merengue.

En la actualidad, la orquesta no solo trasciende las fronteras, los públicos y los circuitos musicales, sino que se reafirma como un referente de la cumbia en la región y como una experiencia exitosa de cooperativismo y autogestión. “Sentimos mucho orgullo. El balance de estos años es extremadamente positivo”, resalta Ivonne Guzmán, una de las cantantes de esta orquesta que celebrará quince años de existencia este sábado 23 de noviembre a las 21 en el estadio de Ferro Carril Oeste (Av. Avellaneda 1240). “Es la fecha más grande producida y autogestionada por nosotros, el primer estadio. Entonces, es un gran desafío”, dice la vocalista colombiana. “Miramos para adelante con toda la expectativa, la esperanza y la motivación para seguir trabajando. En este recorrido vemos todo el trabajo realizado y los resultados, como si estuviéramos cosechando los primeros frutos de toda esa siembra”. Nota aquí.



Luis Ramiro


 

Leiva & Rubén Pozo

 

Joaquín Pérez Azaústre

Cien años de ‘Marinero en tierra’

Quién le iba a decir al muchacho que en 1924 publica Marinero en tierra que, un siglo después, estaríamos celebrando su primer libro. Tiene apenas 22 años, es gaditano del Puerto de Santa María, corazón y sueño, y se ha adiestrado en la mirada plástica del arte para recorrer la realidad. Rafael es pintor y siempre lo será, hasta que la pintura se convierta, más adelante, en uno de sus libros más cimeros. Pero ahora mismo, cuando sube la calle Pinar y contempla los chopos que Juan Ramón Jiménez vio plantar a varios estudiantes años antes, Rafael es un hombre joven, de 22 años, que ya posee un caudal poético de tradición honda: es un gran lector que tiene asimilado el Romancero, la lírica anónima castellana, Gil Vicente y el Siglo de Oro; pero también Paul Válery, Louis Aragon o Paul Éluard. A Góngora no sólo lo ha leído bien, sino que tiene pulso gongorino, y lo demostrará en Cal y canto. En fin, que hay un muchacho llamado Rafael Alberti que va a la Residencia de Estudiantes y se encuentra allí con Federico García Lorca, que será para él una especie de alma gemela saludable -muy distinta a esa otra hermandad, mucho más enfermiza, del propio Lorca con Salvador Dalí o Buñuel-, y así se seguirán el rastro en la poesía más allá de la muerte, entre océanos de exilio, hasta que Rafael Alberti entre finalmente en Granada, al volver a España, o estos días, que se le celebra en un congreso.

Y sobre el ancla una estrella es el verso que da título a este congreso dirigido por la catedrática Remedios Sánchez, por el que hemos ido pasando varios poetas de distintas generaciones, escritores, estudiosos y músicos. Paco Ibáñez volvió a cantar A galopar, y de alguna manera muchos de nosotros hemos vuelto a galopar a lomos de los versos de Rafael Alberti. Lo comentaba en Bodegas Castañeda con el poeta y periodista cultural Jaime Cedillo: vuelves a leer a Alberti después de unos años y recuerdas lo buen poeta que es. No sólo su figura titánica cuando regresa a España del exilio y dice aquella frase prodigiosa -«Me fui de España con el puño cerrado y vuelvo con la mano abierta»- que tantos debieran recordar, sino su extraordinario viaje lírico, que recorre cien años de poesía española. Marinero en tierra es el supremo encanto de grutas submarinas, pero ya prefigura la pérdida del paraíso que luego cristaliza en Sobre los ángeles y, más tarde, en toda la poesía del exilio. Su gran tema es España, con todos los registros, en una poesía política en la que siempre late el hombre. Entre el clavel y la espada, Rafael nos sigue mirando, de la Elegía cívica y su ardiente nostalgia. Enhorabuena por este gran congreso granadino: casi parecía que el marinero andaba entre nosotros. Nota aquí.



Fran Mariscal

 


El Koko


 

viernes, noviembre 22, 2024

León Gieco

 En honor a León Gieco, el Día del Músico Solidario

"Dar es dar", puede cantar con toda justicia León Gieco. O, en sus palabras: "Que el dolor no me sea indiferente". Es que la historia y la carrera de este cantautor están indisolublemente ligadas a una disposición a ese dar, a un compromiso con las causas sociales y humanas que se manifestó de diferentes maneras, muchas, sin darse nunca a conocer públicamente. Tanto, que el autor de "Sólo le pido a Dios" ha decidido desde 2015 trabajar exclusivamente para causas solidarias. A este hombre que es ejemplo de coherencia y solidaridad, se le rindió homenaje con el Día del Músico Solidario. La Legislatura porteña instauró la efeméride el 20 de noviembre, día de su cumpleaños, al sancionar la Ley 6.752. Ayer, en el Salón Dorado de la Legislatura, se celebró esta fecha, con torta, velitas y feliz cumpleaños, y también con música, como corresponde. La fecha es también un comienzo: a partir de ahora todos los años se homenajeará a un músico solidario, y se organizará un concierto destinado a una causa social. 

"Lo que no se recuerda muere. Lo que se recuerda no muere", podía reconstruirse en las letras invertidas del poema visual de la escultura que recibió León como premio, obra del artista Alejandro Thornton. La sanción de la ley que instaura el Día del Músico Solidario partió de la iniciativa de Amia, que ha sumado el proyecto visual de este poema al reclamo de justicia y la denuncia de impunidad por el atentado a la mutual judía. Muchos músicos (entre ellos, Juan Carlos Baglietto, que subió al final para acompañar a cantar a León, y Lito Vitale), artistas plásticos, escritores, familiares de desaparecidos, integrantes de organismos de derechos humanos (entre otras Rosita, la mamá de Miguel Bru, Raquel, la madre de Mariano Witis, asesinado por la policía bonaerense) acompañaron a León en este reconocimiento. 

"Mis padres sin querer me enseñaron a ser solidario. Me hacían hacer trabajos solidarios y después me felicitaban, me alentaban. Creo que de ahí viene la cosa", reflexionó León recuperando una cantidad de recuerdos de infancia, escenas del campo, momentos ordeñando vacas a las que llamaban por su nombre, o de cuando se mudaron al pueblo, y con ocho años él ya trabajaba repartiendo carne y le llevaba a los dos crotos que vivían en las vías del tren. 

Desde el público sonreían quienes también tuvieron mucho que ver con este premio: la compañera de Gieco "por 52 años", Alicia Scherman, sus hijas Joana y Liza, sus nietos Isabela y Oliver (faltaba Antonia, que no pudo estar). 

Hubo palabras de autoridades: la ministra de Cultura de la Ciudad, Gabriela Ricardes; la legisladora Cecilia Ferrero, presidenta de la Comisión de Cultura desde la que se impulsó esta ley votada por unanimidad; por Amia su presidente, Amos Linetzky y Elio Kapszuk, su director de arte y producción. Destacaron la fecha como "un acto de justicia", recordaron la cantidad de participaciones del músico en causas solidarias, su premiado proyecto con artistas discapacitados Mundo Alas, que tuvo gira y película, los quince actos que organizó con Amia por los desaparecidos judíos. "En su nombre, agradecemos también a todos los artistas que nos ayudan en esta lucha desigual entre el olvido y la memoria. La memoria nos une", destacó Linetzky. Nota aquí.






Carlos Varela

 

Salvador Amor


 

Ramón Serrano

 MI PEQUEÑEZ ESENCIAL

Orgullo de ser tan pequeño
no una mota de polvo
ni una partícula de agua en el Gran Océano
mucho menos ser un pensamiento perdido
en la infinitud del Universo
después de la Gran Explosión
me siento acomodado
en el propio espacio-tiempo
mi lugar en el jardín atómico
soy leptón compungido
familia de los elementos
entre la Luz y el silencio
93.000 millones de años luz
de lado a lado
es mi páramo-Universo
mañana algunos más
mi hogar en este concierto
soy infinitamente pequeño
como un fulgor asustado
13.800 millones de años atrás
o 27.600 según otros jardineros
orgulloso de ser tan viejo
y sembrar pensamientos como flores
begonias de grandes pétalos
en un espacio infinitesimal
multiplicado por agujeros negros
miro al cielo
no sé adónde te has ido
hay jardineros que escrutan
galaxias y cuásares de fuego
11.000 millones de años luz
y no te hallan porque están deslumbrados
por tu brillo en Casiopea
en el jardín de tu floresta
-esmeraldas tus anhelos
yo soy un punto fugaz
un nanosegundo luz incierto
estamos en este planeta recalentado
que se disgrega y ya está
quiero no ver en qué queda esto
misiles hipersónicos
con ojivas nucleares
acabarán con las begonias
y los Versos de mi Estro
puede que yo sea bosón o muon
mi tiempo no se dilata
orgulloso de mi pequeñez
de mi incertidumbre cuántica
yo partícula elemental
como un verso de metáfora
en el Poema global
acomodado en mi Espacio-Tiempo.



Los Caballeros de la Quema

 

Música desde el Corazón


 

Willy Quiroga

 Murió a los 84 años Willy Quiroga, cantante de Vox Dei y pionero del rock argentino

En agosto de este año el bajista se había retirado de los escenarios por problemas de salud. Con el grupo de Quilmes grabó una histórica versión de La Biblia y registró canciones inolvidables de la música popular

Willy Quiroga, el legendario cantante y bajista de Vox Dei, murió este jueves a los 84 años en el Sanatorio de la Trinidad de Quilmes, su patria chica por elección. La noticia fue confirmada a Teleshow por su representante. En agosto pasado, había anunciado su retiro de los escenarios por una enfermedad que le impedía seguir actuando. Fue declarado personalidad destacada de la cultura por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires y ciudadano ilustre del municipio del sur del conurbano. Pero su gran conquista fue la de los corazones de varias generaciones de fanáticos, que animaron fogones, viajes y vueltas de long plays con sus canciones y hoy lo elevan a la estatura de leyenda.

Lideró Vox Dei durante más de cinco décadas, convirtiéndose en el grupo más longevo de los surgidos en los primeros años de rock argentino. Allí formó una inolvidable dupla creativa con Ricardo Soulé y editaron discos como Caliente, Jeremías, pies de plomo y La Biblia, un álbum conceptual que se convirtió en uno de los trabajos fundamentales del rock argentino. Fue el único miembro que estuvo en todas las formaciones de la banda, con la que registró 18 trabajos, entre material de estudio, en directo y reversiones. Nota aquí.



Andrés Suárez & Elvira Sastre

 

Fran Mariscal

 


Mercedes Sosa

 Lanzan en disco una histórica actuación de Mercedes Sosa

Después de 50 años, rescatan en formato digital, CD y doble vinilo la grabación de La Negra en el Teatro Town Hall de Manhattan. Junto al guitarrista Santiago “Pepete” Bértiz, Mercedes ofrece hermosas versiones de “Gracias a la vida”, “Triunfo agrario”, “Canción con todos” y “Cuando tenga la tierra”. 

Una voz. Un bombo. Una guitarra. Listo. Hasta acá. Nada más hace falta para que mil pieles ericen si quienes portan la magia conjugada son Mercedes Sosa y el andariego Santiago “Pepete” Bértiz, el guitarrista mendocino que la acompañó hasta que murió –él- en 1978. Ella porta la voz y el bombo. Y él, la guitarra, claro. Así de simple, austero y contundente a la vez transcurre el concierto que ambos ofrecieron el 16 de febrero de 1974, en el Teatro Town Hall de Manhattan, Nueva York. Y que acaba de ver la luz hoy -tras 50 años de sombras- en formato digital, cd y doble vinilo.

Mercedes Sosa, Nueva York, 1974 –tal el nombre de la flamante edición- existe no solo porque a Pedro Pujó y el fotógrafo Jorge Pardo, que andaban trabajando por esos lares del norte lejano, les dio por organizar el concierto a nombre del Centro Argentino de Información y Difusión Cultural de Manhattan, “sin mucho dinero, pero con mucho amor”, sino también porque las cintas del recital pudieron ser rescatadas después de medio siglo, restauradas, digitalizadas y listas para publicar Sony mediante, bajo licencia de Araceli y Agustín Matus. Y el apoyo de la Fundación Mercedes Sosa.

"Oro en polvo" definió este material el periodista Gabriel Plaza al momento de presentarlo durante un acto alusivo realizado el martes pasado en el Centro Cultural San Martín. Y vaya que le asiste la razón. Todo lo que toca Bértiz y canta Mercedes esa noche del '74, es polvo de oro. De la sintomática “Gracias a la vida”, que Mercedes ya había grabado en su disco homenaje a Violeta Parra en 1971, a “Triunfo agrario”, “Canción con todos”, “Cuando tenga la tierra” –conmovedora versión, adobada con coros extraordinarios de “Pepete”-, “Te recuerdo Amanda” y “Si se calla el cantor”, cantados igual, pese a las amenazas del tipo “fuera bolches” y los actos de sabotaje que rodearon el concierto ese día. De “Los Hermanos” y la tan austera como profunda “Al jardín de la República”, hasta dos poderosísimas y bellas versiones de “Balderrama” y “El manco Arana”. Nota aquí.



Fran Fernández


 

Silvio Rodríguez

 

Pedro Pastor


 

Ismael Serrano

 Ismael Serrano: “Sinfónico” (2024)

A Ismael Serrano lleva tiempo seduciéndole la idea de revestir sus mejores canciones (que no son todas, como él sostiene con sorna, pero sí unas cuantas) con un suntuoso ropaje orquestal, y este Sinfónico sirve como plasmación definitiva de ese largo anhelo. Nada que objetar en torno a tal pretensión, que además de razonable puede parecer predecible, más aún si reparamos en el hecho de que su maestro Serrat también le ofrece en esta faceta un bonito espejo en el que mirarse (Serrat sinfónico, 2003) y si caemos en la cuenta de que las pulsiones de afinidad con la música clásica o culta ya estuvieron presentes en las celebraciones que el cantautor vallecano articuló en torno a su vigésimo aniversario en la canción, por lo que las sonoridades ahora plasmadas en esta hora y cuarto de revisitaciones con pajarita no resultarán del todo extrañas a los oídos de los ismaelólogos más atentos y minuciosos.

Puesto que la materialización de este deseo coincide con el quincuagésimo cumpleaños del artista, resulta plausible asociar ambas ideas y atribuir en última instancia el empeño de Serrano a un regalo de aniversario o, si se prefiere, a una crisis de la mediana edad más o menos expresa. Todo este argumentario es verosímil, pero en el fondo Ismael se ha sentido consternado por el paso del tiempo desde sus muy primeras manifestaciones artísticas, así que esa batalla por la trascendencia, la relevancia y la perdurabilidad le viene en todo caso de lejos.

Asumamos, sin más, que el autor de Sucede que a veces dispone de cierto margen operativo para afrontar lo que le pida el cuerpo (serrano). Y que su percepción de que bien merecería más de lo hasta ahora obtenido, acrecentada por las crudas condiciones de la vida moderna para quienes no se ajustan a los parámetros ramplones de la viralidad, seguramente le lleven a reivindicarse con más ahínco. Por ejemplo, repasando y exprimiendo un repertorio que va camino de los dos centenares de títulos, muchos más de los que han acabado encontrando hueco en la memoria y el imaginario de las últimas generaciones.

Así pues, Sinfónico sirve para reivindicar y revalorizar el catálogo, de la misma manera que Todavía, aquel acústico registrado en 2018 en tierras argentinas, servía para rebuscar entre títulos menos frecuentados que afloraban así con nuevos bríos. Y puesto que Ismael cree en la orquesta como sinónimo de esplendor, debemos entender que lo 13 títulos ahora escogidos configuran un canon personal de excelencia, lo que hace aún más trascendental este empeño por fijar los grandes clásicos desde un prisma de solemne excelencia.

Lo mejor de esta iniciativa, pensada a buen seguro para alimentar las bocas más cómplices, pasa por los arreglos que ha formulado Jacob Sureda, pianista de cabecera de Serrano desde hace un par de décadas y autor lo bastante hábil como para reformular los originales con más sutileza que rimbombancia. Y quedan también los indicios e insinuaciones para entendidos, como el hecho de que Ana, aquel reclamo al primer gran amor que cerraba el seminal Atrapados en azul (1997), ocupe ahora esa posición en el segundo corte del disco que hace veintimuchos años no obtuvo, una circunstancia de la que su firmante con el tiempo siempre se lamentó. Serrano también reformula clásicos mucho más contemporáneos (Cállate y baila, Estaré ahí), así que parece que las peleas con el calendario no van parejas con ese vicio de pensar solo en lo pretérito como lo relevante.

Ojalá, pues, que Sinfónico no le sirva tanto de paréntesis como de revulsivo, convencido por propios y ajenos de que sigue mereciendo la pena combatir al algoritmo y atestiguar las flaquezas del hombre concernido por los tiempos que le han tocado vivir (y combatir). Nota aquí.



Álvaro Ruíz


 

Juan Carlos Baglietto

 

Depedro


 

El Koko


 

jueves, noviembre 21, 2024

Rafa Pons

 

Rubén Ibero

 "UNA COPA"

La tarde, viene cayendo...
La penumbra se acoquina
Y en el mostrador su espina
La hace más honda bebiendo
Hay un hombre ,que sufriendo
Sin perder la compostura
Alza su criolla figura
Fuma y y el humo celoso
Le empaña al volver los ojos
Ocultando su amargura
Las manos tienen el gesto
Del que lleva unas esposas
Y eso, no es poca cosa
Si se tiene en cuenta el resto
Pero el aspecto compuesto
¡Sombrero echado pa' tras!
Barba espesa y además
Una abundante melena
Le dan a su cara buena
¡El gesto de que podrá!
Una camisa impecable
¡Que carga varios veranos!
Un pañuelo soberano
Da su nota venerable
Una rastra incalculable
¡El cabo de su facón!
Chripá en tono marrón
Rebenque doble zotera
Y un par de botas potreras
¡Que parecen flor y flor!.
Hay un barril por detrás
Con varias prendas colgadas
A lo mejor de pasada
Las dejó uno, y los demás
Aunque difícil será
Que un paisano el poncho deje
Y se mezcle en un madeje
Con interés bolichero
Y a la falta de perchero
El tonel su boca espeje.
Y el hombre, ha de terminar
¡La copa de despedida!
Y con la figura erguida
Comenzará a recular
¡Saludará sin mirar!
A nadie en forma presente
Y con ese gesto ausente
Que presenta el condenado
Dejará atrás el pasado
¡Galopando hacia poniente....!



Rafa Mora & Moncho Otero


 

Carla Collado

 

Paco Ibáñez

 La alfombra roja de Paco Ibáñez

El cantautor, que ultima su próximo disco, ‘Érase una vez’, con dibujos de Frederic Amat, comenzó por sugerencia del artista visual a actuar en los escenarios sobre un tapiz encarnado.

Según nos has recordado en alguna ocasión, de muy niño ya cantabas a las vacas que pastaban en el caserío de tus abuelos maternos en Aduna, Gipuzkoa, e incluso emulabas, como un pequeño charro vasco, al cantor mexicano Jorge Negrete a oídos de tu madre. Tiempo después, a tus 14 años, junto a ella y tus hermanos, cruzaríais los Pirineos clandestinamente al encuentro de tu padre, exiliado en Francia. De él aprendiste el oficio de ebanista, que aún ejerces en tu pequeño taller con banco de carpintero, fresadora, gubias y cinceles. Hace unos años me regalaste unas castañuelas de madera de ébano hechas por ti con estas herramientas y me contaste que así las hacía tu padre para un ballet flamenco que actuaba en el teatro Champs-Élysées, en aquel París de los años cincuenta donde se respiraban nuevos aires de rebelión.

Desde el principio de tu constelación de grabaciones discográficas, has sido solícito con los artistas pintores. Son memorables tus ediciones de poesía cantada de la mano de la pintura y he tenido la alegría de poder participar en la antología Paco Ibáñez canta a los poetas andaluces, y también en un nuevo álbum que se llamará Érase una vez —será para niños, como tú dices, de 0 a 90 años—, que fui pintando durante la pandemia, coloreando aquellos días y tus canciones.

Algo profundo te ocurrió en París el año 1958 al leer La más bella niña, el poema de Luis de Góngora: su lectura se hizo música y con ella un poema engarzó a otro y otro, como un cesto de cerezas, y así llegaste a Federico García Lorca, que has cantado como nadie. Con estos poemas aparece tu primer disco en 1964 y tres años más tarde una grabación con tus versiones cantadas de los poemas de Blas de Otero, Gabriel Celaya, Miguel Hernández, Francisco de Quevedo y otros. Estos dos primeros discos, bellos tanto por su contenido como por el diseño e imagen de su funda, fueron cimientos de tu larga trayectoria como trovador de la poesía y simiente para un público ávido que ya azuzaba las espuelas en su galopar más allá del escenario y se alzaba en la platea con un aplauso solidario en tu icónico recital en el teatro Olympia de París aquel diciembre de 1969.

Para entonces ya eras un símbolo de la resistencia cultural y un referente de la lucha antifranquista. Tus primeros tres discos, como tres negros soles de vinilo, forman parte de nuestra memoria colectiva: generación tras generación, escuchamos tus canciones que no envejecen porque su esencia poética es eterna. Para ti, la máxima modernidad es saber que venimos de muy lejos y consideras insensata la avidez de novedades del culto al futuro. ¡Y con qué clamor por la dignidad has dado respuesta a la dificultad de combinar vocación estética con preocupación cívica! Es así que como artista te convertiste en referente político y moral de nuestro tiempo. Nota aquí.




Encuentro de Cantautores

 


Paula Mattheus

 

Luis Farnox

 CiberCanción de Autor nos cuenta por Facebook.

Presentación en El Ateneo Republicano Vallekas del último trabajo literario de Luis Farnox, un libro que explora los vericuetos del misterio y la penumbra para , en cada poema, poner luz y alzar la voz en la denuncia social y así evidenciar de forma magistral los claroscuros existenciales del alma humana.
La introducción-presentación corrió a cargo de Paco Pérez, que en tono distendido nos habló de Poe y de la influencia que se adivina en los poemas del libro de Luis Farnox.
También hubo lectura de poemas de forma magistral por dos actores de alto copete : Andrea Guardiola y Vicente Gil.
Luis Farnox, El Mecánico del Swing nos cantó "República celestial" que vino pintiparada al hablar de zombies, fantasmas e ideologia.
Como colofón al acto, Luis Farnox tuvo la gentileza de agasajarnos con un vino de origen rumano: Drácula, semiseco, pocos taninos pero suave y aterciopelado.
Haceros con un ejemplar de :
"La ropa de difuntos que habita los armarios" (Artera Ediciones)
Un libro alucinante y asombrosamente inquietante.














Fran Fernandez

 


Zambayonny

 

Rafa Mora

 EL HUMOR

El humor como estrategia.
Como principio.
Como final.
Como actitud frente al espejo.
Contra la intemperie.
Contra el frío y el miedo.
Como aderezo de los días.
El humor como terapia.
Como reflejo saneado.
Como un hilo conductor de la existencia.
Como trinchera contra los tibios de espíritu.
Contra los bebedores de luz.
Contra el terrorismo emocional.
El humor como inteligencia.
Contra la mediocridad.
Contra la vergüenza.
Como un verso libre en mitad de un soneto.
El humor para reírme de mí.
Conmigo. Con mis circunstancias.
El humor para salvarme.
Del dolor.
Del amor.
Del ardor.
Del hedor.
De la cal y la arena.
Del color de los necios.
El humor como arma de paz.
Contra mis otros yo que tienden al descalabro.
Contra los dramas heredados.
El humor,
para luchar siempre, cuerpo a cuerpo, contra el vértigo a la vida.



Fran Mariscal

 


El Roto

 


miércoles, noviembre 20, 2024

Paris Joel

 Mi Unicornio

Te he perdido y me encuentro en playas vacías,
Al lado de farolas absurdas, hueras de besos clandestinos
Enfrente de horizontes infinitos a los que nunca llegaré,
Y piso arqueológicas vías de ferrocarril huérfanas de trenes.
Te he perdido, como la amnesia busca un verso,
Como la afasia intenta silbidos,
Cómo, irremediablemente, gotean los recreos.
Y lo peor, es que no sé cómo encontrarte,
En qué momento saltaste
De esta carroza pulida
Por la erosión de los elementos.
Mas, no importa, en algún momento,
Un unicornio azul a todos se nos perdió,
Y, aunque parezca una canción,
Es un buen comienzo.



Amigó & Clavijo


 

Buena Fe & Andrés Suárez

 

Nirvana

 30 años del Unplugged de Nirvana, la catástrofe que no fue

El grupo tenía muchas dudas sobre trabajar para un símbolo corporativo. Kurt Cobain ya estaba en un momento muy delicado. La cadena presionaba sin éxito para que hicieran más hits y los ensayos eran flojos. Y sin embargo, el "MTV Unplugged in New York" hizo historia.

Cuando Kurt Cobain imaginó su visceral grunge desnudo hasta los huesos, imaginó un santuario. "Dijo: 'Quiero velas y lirios de la variedad Stargazer", recuerda Alex Coletti, productor del célebre MTV Unplugged in New York de Nirvana. "Le dije: '¿Como un funeral? Me contestó: 'Sí, exactamente'".

Efectivamente, cuando en noviembre de 1994 se publicó la grabación del MTV Unplugged de Nirvana, lleno de flores, Cobain parecía estar cantando su propia elegía. Siete meses después de un suicidio con escopeta que impactó al mundo entero, ahí estaba él, vivo pero poderosamente herido, metiendo la mano en el cartílago de canciones como "Polly", "Something in the Way" y "All Apologies" en su forma más catártica, sacando algo crudo, magullado e inconsolablemente honesto. El álbum alcanzaría el número 1 en las listas de todo el mundo, incluidos los dos mercados principales del Reino Unido y Estados Unidos, y vendería más de 14 millones de copias, un vívido último testamento del Nirvana de Cobain y un destello de una revolución folk-rock que nunca llegaría a producirse.

De hecho, el MTV Unplugged in New York estuvo a punto de no realizarse. Desde el principio, esta banda con un gran corazón punk -que se lanzó repentina e inesperadamente al corazón del mainstream con Nevermind en 1991- se mostró recelosa del compromiso artístico que suponía colaborar tan estrechamente con el demonio corporativo de la MTV. La serie Unplugged no había exudado precisamente credenciales punk hasta ese momento, con artistas de la talla de Elton John, Sting, Crowded House y Aerosmith tomando el testigo de cuerpo hueco. Eric Clapton había convertido su aparición de 1992 en el álbum en vivo más vendido de todos los tiempos, gracias a una desgarradora interpretación de "Tears in Heaven".

"Habíamos visto los otros Unplugged y no nos gustaron mucho", declaró el baterista de Nirvana Dave Grohl a Rolling Stone en 2005. "La mayoría de los grupos los trataban como conciertos de rock: tocaban sus éxitos como si fuera el Madison Square Garden, pero con guitarras acústicas". Pero grupos como REM, Neil Young, The Cure y Pearl Jam, otra de las bestias del grunge de Seattle, habían superado el reto lo suficiente como para que Nirvana pensara que podía imprimir su propio arte subversivo al formato, sobre todo desafiando la presión de la MTV para tocar sus mayores éxitos en favor de temas más sombríos y versiones de culto. Nota aquí.