jueves, marzo 06, 2025

Bar Oriente

 Cafetines de Buenos Aires: el Oriente de Villa Ortúzar, su altar y la leyenda de las visitas de Osvaldo Pugliese y Gustavo Cerati

Ubicado en la esquina de Álvarez Thomas y Plaza, el bar es centro de reunión de vecinos. Allí reina el silencio: hay diarios y revistas a disposición de los clientes y no hay televisor ni wifi.

En los años que estuve al frente de La Flor de Barracas se realizó, en el Salón Villoldo de ese bar, un Ciclo de Cine y Etnografía organizado por la Sección de Etnología y el Instituto de Arqueología de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. La cita era el primer jueves de cada mes a las 19. La programación del ciclo estaba en manos de Mariela Eva Rodríguez, antropóloga (UBA), doctora en Literatura y Estudios Culturales, y Majo Figuerero, investigadora del Instituto de Arqueología de FFyL (UBA). Mientras se pasaban las películas, fuera de la sala, hice migas con Willie Mengoni, profesor consulto del mismo Instituto y pareja de Majo. Por razones laborales Willie siempre llegaba tarde y, para no interrumpir la película, nos quedábamos tomando unos tragos y charlando sobre arqueología y etnografía cafetera de una ciudad rica hasta lo inagotable: Buenos Aires.

Hace unas semanas coincidimos con Willie y Majo en una caminata guiada por la calle Viamonte, en el Centro de la Capital. Y de inmediato pensé en retomar esas viejas charlas para escribir una nota. Por largos años esa pareja de investigadores realizó un estudio en el área de Los Antiguos, provincia de Santa Cruz. Con ese antecedente, se me ocurrió encontrarnos en un café viejo, bien barrial, con nula presencia anónima o parroquianos casuales. Un café que, a su vez, represente a toda la comunidad que lo rodea. Bien alejado del Centro. Y propuse juntarnos en el Bar Oriente, Villa Ortúzar. El lejano oriente para mí, vecino de La Boca.

El Café Bar Oriente está ubicado en la avenida Álvarez Thomas 1800, esquina Plaza. Desde 1993 el boliche está en manos de la familia Basabe. Dionisio Basabe, el padre de la familia, histórico gastronómico de La Paternal, le compró el fondo de comercio a un gallego muy mayor, que no podía mantenerlo en condiciones y que, desde hacía rato, había colgado su alma en el perchero de la entrada. El bar ya se llamaba Oriente. Curiosa y sugestiva denominación que habilita las más variadas líneas de investigación. Por lo pronto, los Basabe, protectores del patrimonio barrial, desconocen la razón del nombre, pero lo mantuvieron.

¿Y qué se puede afirmar con respecto de su antigüedad? En principio, para conocer los años del Oriente hay que apoyarse en testimonios orales. Los Basabe, por caso, le alquilaron por muchos años la esquina a Lucía. Una jubilada docente, propietaria del inmueble, que falleció cinco años atrás y vivió hasta los 100. Lucía nunca trabajó en el bar, pero sí lo había hecho su padre. Por lo tanto, podría inferirse, sin temor a cometer un grosero error, que el boliche, como bar, ya funcionaba en la primera mitad del siglo XX y que podría estar por cumplir su primer centenario. Nota aquí.






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