miércoles, julio 23, 2025

Café Central

 Cierra el Café Central, meca del jazz en Madrid

Los propietarios del negocio de la plaza del Ángel se ven abocados a poner fin a 43 años de historia y 35 trabajadores perderán su empleo el próximo 12 de octubre

La música en el Café Central está afrontando sus últimos compases. No hay manera de encontrarle remedio al final abrupto para unas citas melómanas que, salvo en lo peor de la pandemia, acontecían todas las noches del año desde hace más de cuatro décadas. El escenario más paradigmático del jazz en Madrid y en buena parte de Europa habrá de guardar el más doloroso de los silencios una vez finalice la actuación del próximo domingo 12 de octubre. A partir de ese instante, el rincón por el que han desfilado casi todos los grandes artistas, nacionales e internacionales, que la música más libre e improvisada ha dado en las tres o cuatro últimas generaciones, pasará a ser un mero recuerdo.

Salvo milagro, no hay vuelta atrás. Las familias propietarias del inmueble del número 10 de la plaza del Ángel (distrito Centro) se han negado en redondo a renovar el contrato de alquiler con los socios del Central, que ya han asumido la imposibilidad material de continuar con el negocio de hostelería y música en directo una vez finalicen estas 11 últimas y agónicas semanas de vida. La mala noticia se hará pública mediante un comunicado la próxima semana, pero entre el martes y el miércoles se le ha ido trasladando a los 35 trabajadores y trabajadoras en nómina; camareros, cocineros, programadores y encargados que se ven abocados a una pérdida inminente de empleo.

“Ni siquiera sabemos qué quieren hacer con el local”, expresaba este mediodía el programador del Café, el asturiano Javier González, con voz desolada. “Sus abogados solo nos han transmitido que no hay negociación posible. Desde el Central disponíamos de derecho de tanteo y podríamos optar a igualar una eventual oferta, si se nos comunicase, pero sencillamente quieren rescindir el contrato, sin más explicaciones”.

La decisión supone poner fin de un plumazo a una historia de pasión musiquera que arrancó un ya lejano 12 de agosto de 1982 y ha ido sumando, noche tras noche, más de 14.500 actuaciones y un total de 1,3 millones de espectadores. Y todo ello a golpe de tenacidad y gracias a la búsqueda de un lugar singular y con encanto: en cada concierto del Central apenas hay sitio para 70 espectadores y el escenario, relegado a un esquinazo, es de una estrechez angustiosa, puesto que el piano y la batería apenas dejan espacio para el resto de intérpretes. Pero todos los popes del género han dejado su impronta en esos exiguos metros cuadrados. “El Central es pura autenticidad”, exclamaba Joshua Edelman, pianista estadounidense afincado en Bilbao que ha ofrecido más de 700 conciertos en este recinto. “Esa esquina te hace sentir en el meollo mismo de la vida. Puedes tocar en lugares más despejados, pero el ruido de los cubiertos y los vasos se convierte ahí en parte de la propia música”. Nota aquí.



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