lunes, octubre 06, 2025

Miguel Poveda

Miguel Poveda canta los versos de la generación del 27 en la revivida casa de Vicente Aleixandre

El cantaor da un concierto en el jardín de Velintonia, el hogar del poeta en Madrid que fue encuentro de escritores y se convertirá en Casa de la Poesía en 2027

En el porche de la casa del poeta Vicente Aleixandre (1898-1984), bajo un cartel que decía Por fin en Velintonia, que así se llama la vivienda, y junto a un atril con una fotografía del escritor, el cantaor Miguel Poveda ofreció en la noche del miércoles una hora de concierto de amor por la poesía. El premio Nacional de Música en 2007 fue el elegido para abrir una serie de actuaciones en el jardín del hogar del último poeta español que ganó el Premio Nobel de Literatura, en 1977. El recital lo organizó la Consejería de Cultura, Turismo y Deportes de la Comunidad de Madrid, la Administración que compró Velintonia a los herederos de Aleixandre por 3,2 millones de euros el pasado abril para convertirla tras su restauración en Casa de la Poesía, que prevé inaugurar en 2027. El consejero de Cultura, Mariano de Paco, estuvo entre los que presidieron el concierto.

Ese año se cumplirá un siglo del nacimiento de la generación de grandes poetas españoles que se vio destrozada por la Guerra Civil y la dictadura de Franco. Anoche, Poveda ofreció un recital de poemas musicalizados por él de estos autores. Con algunos ya había probado suerte, como Federico García Lorca, pero con otros, como Dámaso Alonso, era su primera vez.

El cantaor barcelonés comenzó a capela con el poema El último amor, de Aleixandre, de su libro Sombra del paraíso (1944), uno de sus títulos más importantes. Ya acompañado a la guitarra por Jesús Guerrero, cantó el extraordinario poema Unidad en ella, del libro La destrucción o el amor (1935), con el que Aleixandre ganó el Premio Nacional de Poesía. “Cuerpo feliz que fluye entre mis manos, / rostro amado donde contemplo el mundo”. Unos versos ardientes, que más adelante dicen: “Quiero amor o la muerte, / quiero morir del todo”.

Al espectáculo se unió el poeta visual EduArtGranada (Eduardo Gorlat), que había decorado el espacio del concierto con paniculatas rosas y siemprevivas, e intercaló versos y fragmentos de la vida de Aleixandre entre las canciones de Poveda.

El concierto se amplió con los versos de otros autores del 27, la primera de las varias generaciones de poetas que hicieron amistad con Aleixandre y compartieron poemas y confidencias en su casa, que él llamó Velintonia porque estaba en la calle de Wellingtonia (hoy Vicente Aleixandre), el nombre de una especie de secuoya de Estados Unidos que el poeta castellanizó desde su silla de la Real Academia Española (RAE). Nota aquí.



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