“Nos reconciliamos con nuestro pasado, con nuestra historia”
Con Juan Carlos Baglietto como punta de lanza, en 1982 un grupo de músicos y compositores rosarinos llegó a los primeros planos de la música argentina. Ahora, además de cerrar el Festival Unicos, fantasean con una segunda parte de Tiempos difíciles.
“Metámosle, que tengo que ir a buscar a mi hijo”. En 1982, Juan Carlos Baglietto no tenía ese apuro. No tenía hijos. Tampoco lo aceleraba esta selva urbana, plagada de tensiones, torsiones, ruidazos y basuras. Vivía en una Rosario atravesada, sí, por la violencia dictatorial, pero aún algo cándida. Romántica y melancólica. Atrapada por la magia de sus calles, por el sonido de sus bares; por una mística que cruzaba al fútbol, el Che y la resistencia peronista; y por en un crisol de músicas que él y los suyos (a los que se denominó La Trova Rosarina) sabrían cómo resolver con sensibilidad a través de un disco impecable y exitoso: Tiempos difíciles. En 1982, entonces, ese barbón pelilargo, de enterito blanco y boina, tenía horas de sobra para resolver esa obra que debía su título al libro de Charles Dickens, cuyo significado esencial iba atado al estado de cosas de entonces: la guerra de Malvinas, los efectos desastrosos de la dictadura cívico-militar, las tristezas que perforaban el inconsciente colectivo. Y algunos atisbos de esperanza, claro. Nota aquí.
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