sábado, enero 21, 2023

Ramón Serrano

A LA LUZ DE LA MAÑANA
Fue una infancia de escaseces
de miedos e ilusiones varias
mientras jugaba con las lombrices
con el barro
y las nubes en las paredes desconchadas
me ponían los huevos de la serpiente
en la conciencia ingenua y blanca
estaban a tocar los montes
los cencerros
la fuente que siempre mana
al otro lado el mar
-coco mantecados
almendras garrapiñadas-
los adultos al sol
en el cuerpo los olores del salitre
los aceites y las fragancias extrañas
el mar con sus vientos
caricias de espumas rosadas
me salvaron esas luces
que iluminaban los domingos de buena mañana
hasta el golpe de mar
furiosa galerna de la maldad
zozobré a una edad temprana
el gran naufragio me dejó su marca
fueron años de peligros
desorientados años de la escapada
pude bucear en mis adentros
acudió el ángel de alas grandes de pluma blanca
y poner a flote el pecio de mi conciencia alborotada
después llegaron los gladiolos
los girasoles y las begonias
crecieron los primeros versos en los pétalos
el primer semen en los tubos de ensayo
las ilusiones recuperadas
ya sabéis el resto del poema
la luz del sol
las noches estrelladas
el mar de nuevo con sus velas blancas
la brisa dulce con la música
que las caracolas cantan
el valle del silencio
el arroyo de las transparentes aguas
la calor y las horas lentas
la muchacha apoyada en la rueda de carro
siempre en la misma plaza
es la historia de los algodones
manchados con aquellas grasas
que lo ensuciaron todo
y todavía estoy
lava que lava
con el perfume del ángel de alas grandes
de plumas blancas
nace el nuevo día
esa luz
ese aroma del jardín de las muchachas
el rastro de aquellas cicatrices
se confunde ya con el color de las horas quemadas
me asomo sobre el asfalto
para mejor ver pasar el entierro
desde mi ventana.



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