jueves, enero 19, 2023

Rodolfo Serrano

Nuestro mundo se va
Se nos va nuestro mundo. Es un disparo
que rompe el griterío que es la vida.
El mundo conocido que se acaba
veloz, veloz, veloz y con la angustia
de todo lo que fue y que ya no es nada.
Aquellos viejos días, los momentos
inenarrables, únicos, magníficos,
la música llenando el cuerpo todo,
las tabernas abiertas como mundos,
los poemas escritos en la noche,
en servilletas de bar de carretera.
Los amigos prendidos a las venas,
tensadas como arcos, como flechas
terribles que nos hieren carne y alma.
Nuestro mundo se acaba, se deshace,
-inexorable, implacable agotamiento-
en las manos que fueron por entonces
hacedoras de vida, hueco santo
para el amor, amor, lluvia bendita,
camino hacia el pecado, furia plena.
No somos ya los mismos, pero somos
un chispazo de luz que iluminara
entonces la tiniebla, ahora la nada.
Se nos va como arena de la playa
de una niñez feliz. El arte, la belleza
nuestras ansias de cambio, cuando éramos
los reyes de las noches y en las camas
de todos los hoteles descubríamos
jirones hechos versos y palabras.
Y ahora nuestro mundo se nos marcha
en cada esquela mortuoria en los diarios,
en cada golpe seco de conciencia,
en cada golpe de Estado y de metralla.
Somos ya como viejos dinosaurios
perdidos en un mundo que termina.
Esperando que caiga el asteroide
que acabe con nosotros para siempre.
Nuestro mundo se va, amigos queridos.
Que la noche nos cubra y nos acoja
con la piedad que siempre ha de mostrarse
al vencido que entrega espada y yelmo
y sólo busca la paz de la derrota.
Foto de Raul Cancio.



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