El Molinito, el bodegón que reúne tres generaciones de vecinos
En este edificio del año '50 mantienen tradiciones: hay comida simple y casera, y una especialidad que todos recuerdan, el clásico sándwich de jamón crudo. Sumó actividades culturales.
A fin de año pasado reabrió el Bar El Molinito de Temperley, uno de los pocos que logra reunir a tres generaciones de vecinos y apunta a reunir a la familia en un lugar con mucha historia y sabores.
Tras su cierre, producto de la pandemia, su nuevo dueño Carlos Felisatti diálogo con La Unión sobre esta etapa renovada: "Soy de Adrogué, pero conocía el lugar desde hace unos 12 años porque lo visitaba a menudo y quiero que se convierta en ese lugar familiar, con comidas simples y caseras".
Felisatti, que dejó su trabajo de diseñador industrial para estar al frente del bar, recuerda que El Molinito (Avenida Eva Perón 899, Temperley) siempre fue ese punto de encuentro para pasar junto a conocidos, charlar un rato porque "siempre había alguien disponible para hablar": "Es un lugar, además, con mucho legado, de patrimonio histórico en la zona por su arquitectura que se conserva desde los año '50".
Es que ir al Bar El Molinito es como introducirse en una burbuja del tiempo porque al visibilizar el entorno, uno se siente dentro de una película de época.
El dueño del bar quiere que los clientes vuelvan a reunirse allí y que prueben uno de sus sándwiches más históricos: el de jamón crudo. "Históricamente este bar era conocido por contar con el mejor jamón crudo y queremos retomar esa tradición", marcó.
Comidas tradicionales, simples y caseras es lo que más abunda en el espacio gastronómico para quienes quieran degustar la típica comida argentina y los postres más ricos, donde se puede almorzar y después compartir un rico vermouth. Nota aquí.
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