"Es casi la que más cariño me despierta"
Acaba de salir "Le dedico mi silencio", la última ficción del Nobel peruano, según él mismo anuncia en las palabras finales.
También cuenta que sólo le queda por escribir un ensayo sobre Sartre: "Será lo último que escribiré".
En Argentina, el libro ya está disponible en formato ebook y audiolibro, y llegará a las librerías el 1° de noviembre.
Mario Vargas Llosa (Perú, 87 años) ha aprovechado la oportunidad de su homenaje a la música popular peruana –Le dedico mi silencio, Alfaguara, ya disponible en ebook y en formato impreso la semana que viene– para anunciar en cinco palabras su adiós final al oficio de su vida, la escritura de novelas. “Será lo último que escribiré”.
Ahí hace este anuncio, en la página postrera de la novela que el jueves salió a la venta: “Creo que he finalizado ya esta novela. Ahora, me gustaría escribir sobre Sartre, que fue mi maestro de joven. Será lo último que escribiré”.
Esta entrevista fue respondida por el Nobel a partir de un cuestionario, cuya transcripción, con las respuestas, resultan una explicación variada de los distintos aspectos de esta obra tan decisiva en su larga vida de novelista. Aquí confiesa que, escribiendo de uno de los personajes reales del libro, lloró a mares (“como debe ser”) en la soledad de su casa de Madrid.
–Usted ha escrito una especie de Quijote peruano, sobre un personaje que busca todo lo que hay sobre una ciencia, una música o un hecho y se vuelve loco, como el personaje de Cervantes. ¿Siente que esa puede ser una interpretación adecuada de la peripecia humana que narra en su novela?
–Toño Azpilcueta no se vuelve un poco loco imaginando aventuras sino persiguiendo una idea fija sobre el papel integrador de la música criolla, pero siempre cabe añadir una dimensión humana a las novelas que se escriben y esta, por supuesto, sería una visión muy exacta del personaje y de su historia
–Ese enloquecimiento de Toño Azpilcueta domina su libro, pero hay zonas de sosiego en los que el narrador explica un país ideal en el que la música, el vals peruano, puede ser el punto de unión de actitudes y de ciudadanos. Esa alegría que da la música es también parte del patriotismo que exalta el narrador. ¿Se siente usted identificado en este personaje que va contando la relación de Perú con su historia y con su música?
–Claro que sí, de hecho, la música, el vals peruano, han sido para mí un punto de unión con mis orígenes, y ha jugado un papel de unión de actitudes y de ciudadanos, como dices. Esa alegría que da la música a Azpilcueta debería ser el patriotismo al que alude el narrador. Me siento muy identificado con el personaje, con su amor y orgullo por lo propio, e incluso con sus ilusiones utópicas. Nota aquí.
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