Alfonso del Valle

 A MODO DE TESTAMENTO

Cuando este corazón que hay en mi pecho

se atranque o bien deserte de latir,

no lloren, por favor, junto a mi lecho

que yo bien conjugué el verbo vivir.

De lo que fui habrá muchas versiones,

más que del Yesterday o Stand by me.

Seré un bribón para a quien le di nones

y un superstar para a quien dije “sí”.

Podéis alimentar con mis cenizas

la gran tristeza de un sauce llorón.

Guardad un puñadín, las más castizas,

para enterrarlas en El Torreón*.

Con una piedra o alguna sutileza

marcad, en modo hereje, ese lugar

y derramad un litro de cerveza

si vais, que os lo agradeceré a rabiar.

Yo, desde allí, veré Sierra Nevada

y el mar si es que el tiempo no está mal,

también Sevilla y en calma callada,

escucharé kazoos de carnaval.

Gozad de mis miserias terrenales,

mis pipas, mis guitarras, mi batín,

las píldoras de mis vicios carnales,

lo propio cuando a alguien llega el fin.

Y espero me guardéis en el recuerdo

ya que en la Wikipedia no estaré.

Para eso fui muy torpe, más bien lerdo

mas, con vosotros, me perpetuaré.

(*) punto más alto de la provincia de Cádiz