Tercer Tiempo
Si las caricias jugaran la prórroga,
Si el penalti no fuera decisivo,
Me quedaría con tu camiseta,
Es posible que sea invisible,
Sólo soy un reserva del banquillo,
Pero al verte supliqué insistentemente
Que este juego sería mi partido.
Y a pesar del empate de los sexos,
Me quedé con tu liga y tu destino.
Ahora, con esta ceguera simulada,
Palpo las colinas torneadas
Que me llevan a nuestra juventud,
Y en un vuelo, entre nubes dobladas,
En los penaltis me dejaré golear
Lentamente
Viendo venir la alegría inminente,
Que en mi derrota me bendice
Para siempre y por siempre jamás.
El tercer tiempo es solo la disculpa
Del que quiere más.
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