Marcelo “Gillespi” Rodríguez y Álvaro Torres: "Nos sacamos las caretas y los prejuicios típicos de músicos"
El dúo presenta el disco "Forma", un trabajo que trasciende los límites previsibles de trompeta y piano para profundizar en otras sonoridades. "Yo soy un guitarrista frustrado", sostiene Gillespi.
Unos veinte años les llevó a Marcelo “Gillespi” Rodríguez y Álvaro Torres caer en que lo que a menudo tocaban juntos merecía ser grabado, no importa si de noche o no pero sí solos y en estudio. Como ambos tienen sala de grabación propia, y cómo ambos -también- veían la falta como una deuda, empezaron a juntarse. Un día en el estudio del trompetista, otro en la sala del pianista, y así fueron edificando un disco muy particular que llevó por nombre Forma. “Yo tenía varias ideas de protocanciones, digamos… melodías y puentes, o ideas melódicas, y le pedí a Álvaro que metiera mano justamente para darle forma a esas ideas primitivas”, cuenta Gillespi, acerca del origen del disco que el dúo presentará durante todos los martes de enero y febrero a partir de las 22.30 en BeBop (Uriarte 1658). “Se podría haber pensado en un dúo pelado de trompeta y piano, ya que ese formato funciona perfectamente, y de alguna manera los primeros encuentros fueron en ese sentido: melodía y acompañamiento. Pero a medida que las canciones tomaban forma empezamos a usar y abusar de las posibilidades de la tecnología hasta llegar a formar una especie de banda virtual. Yo me copé mucho con las guitarras y bajos. Álvaro trabajó mucho en las bases de batería programada, y acá estamos”, se extiende quien fuera invitado a colaborar con Sumo y Divididos.
La singularidad matriz del trabajo consiste entonces en que, además de tocar cada quien sus instrumentos base –teclado y trompeta-, ambos ejecutan otros instrumentos. Guitarra, bajo y teclado en el caso de Gillespi; batería, percusión y programaciones, en el caso de Álvaro. “Yo soy un guitarrista frustrado”, confiesa el primero. “Cuando era adolescente tocaba la guitarra, hasta que un buen día apareció la trompeta en mi vida, y al poco tiempo tenia propuestas de ser trompetista en varios proyectos. Digamos que la vida misma me empujó a tocar la trompeta, aunque siempre me gustaron las guitarras y los bajos. Es más, debo decir que es mucho más amigable agarrar una guitarra que una trompeta”. La misma pregunta –pero invertida- dispara en Torres una respuesta conceptualmente similar. En su caso, lo primero que tocó fue justamente la batería, y luego se pasó al piano: “Me gusta componer y orquestar música, algo que los sintetizadores y computadoras de hoy te hacen más fácil. Entonces, al programar baterías revivió en mí ese sentimiento de tocar percusión que tengo desde siempre”. Nota aquí.
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