lunes, febrero 17, 2025

Violeta Urtizberea

 "No soy más una teen y me sorprendo porque tengo un espíritu muy adolescente"

Creció frente a las cámaras, pero siempre mantuvo intacta su autenticidad. En esta entrevista con El Planeta Urbano, comparte su forma de ver el mundo con la misma honestidad con la que construye cada personaje y reflexiona sobre temas diversos: la amistad, el paso del tiempo, su relación con la actuación y la maternidad.

Violeta Urtizberea pasó casi toda su vida frente a las cámaras pero no tiene libreto. Prefiere la charla a la respuesta de fórmula, no esquiva una pregunta con un lugar común. Violeta es una disfrutadora nata y se nota cuando habla porque la conversación dispara hacia lugares insospechados, lo mismo pasa con sus personajes. Puede ser Lu, la amiga tremenda de Vicky en Envidiosa, profundizar su honestidad brutal en la segunda temporada de la serie y lograr que ames a esa criatura perfectamente tilinga de lengua karateka. O conmoverte sobre el escenario del Picadero con la obra Quiero decir te amo. Violeta, actriz, lectora, amiga de sus amigos, madre de Lila, pareja de Juan Ingaramo, hija de Gabriela y Mex, se entrega a las palabras como sus personajes al juego.

–Cuando arrancó "Envidiosa" muchos plantearon que la premisa de una mujer obsesionada por casarse y tener hijos atrasaba. Pero para sorpresa de varios, un montón de mujeres reconocieron que se identificaban con eso. ¿Cómo lo viviste?

–A mí también me sorprendió, porque, sobre todo la cuestión del casamiento, en mi círculo de amigas no es un tema de debate. Yo no me casé y tampoco me ilusiona hacerlo, mis amigas tampoco están en esa, pero descubrimos que a Vicky y a muchas mujeres sí. A partir de eso la serie habla de un montón de otras cosas que nos tocan a todas, por ejemplo, qué se espera de una mujer a los 40, si quizás verla con hijos y en pareja… Me parece que ahí sí nos sentimos interpeladas. Y también en el tema de la envidia, que está presente en todas las personas pero no es algo tan agradable de mostrar. Que la heroína esté totalmente atravesada por ese sentimiento tan poco noble me parece supernovedoso, porque te habla desde un lugar incómodo. Es muy gracioso y empatizás, pero también te genera un cierto rechazo, es un tironeo interno, de golpe la estás odiando y a la vez la estás amando.

–La serie se anima con otra cuestión bastante silenciada socialmente y es lo jodido de la amistad femenina. Lu, tu personaje, es dueña de una honestidad brutal. ¿Qué pensás de ese “te voy a ser sincera”?

–Con mi personaje tengo sentimientos encontrados, porque yo no soy para nada así y la gente que es de esa manera me choca, me parece que manejan una cosa frenemy de “en pos de la sinceridad te digo cualquier cosa”. Yo prefiero hablar con un poquito más de amor. Pero por otro lado, creo que es necesario contar con una amiga que no tenga tanto filtro, está bueno saber escuchar lo que te dice alguien muy cercano. Cuando te cantan la posta quizás en un primer momento te da bronca, pero al final puede ayudarte a hacer un clic, sino estás rodeada todo el tiempo de gente que te la está careteando. Nota aquí.



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