Black Sabbath se despidió de los escenarios: el último aullido de una leyenda
El cuarteto original, con Ozzy Osbourne, Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward, dio su último concierto en Birmingham, la ciudad natal del grupo. Antes, diversas bandas y solistas le rindieron homenaje.
“I love you”, gritó Ozzy Osbourne, el más querible e inofensivo de los príncipes demoníacos. El sentimiento era recíproco: miles de personas en el estadio del Aston Villa en Birmingham, Inglaterra, y más de dos millones de fans en todo el mundo, conectados por streaming en una versión pay-per-view, le devolvieron un "te amamos" unánime, entremezclado con algún lagrimón. Porque el concierto titulado Back to the beginning (De regreso a los comienzos) significó la despedida de Ozzy de los escenarios y, por extensión, la de Black Sabbath, al menos en su versión canónica: Osbourne en voz, Tony Iommi en guitarra, Geezer Butler en bajo y Bill Ward en batería.
Cincuenta y siete años después de su primer show, la banda británica se despidió. Ciertamente, no era la primera vez que lo hacía, más allá de una continuidad formal con las más diversas alineaciones. Una historia tumultuosa de separaciones, cambios de integrantes y problemas con las drogas y el alcohol cimentó la leyenda negra de Sabbath, que corrió paralela a una discografía tan despareja como imbatible en su estilo de "rock pesado", germen del heavy metal, influencia del grunge y un largo etcétera. Hay razones para suponer que la del sábado fue la despedida definitiva: desde hace unos años Ozzy está luchando contra el Mal de Parkinson y sus compañeros de banda arrastran, además, sus propios problemas de salud.
La emotiva interpretación de "Paranoid", clásico de clásicos, cerró un mini set de apenas media hora, que incluyó también "War pigs", "N.I.B." y "Iron Man". "Esta fue la última canción. El apoyo de ustedes nos hizo vivir una vida increíble. Muchas gracias desde lo más profundo de nuestros corazones", dijo Ozzy en la tierra que vio nacer a la banda, aunque el alcance de sus palabras fue global. Miles de fans argentinos, conectados a internet, habrán recordado el ya legendario recital de Sabbath en 2013 en el Estadio Unico de La Plata, una suerte de canto del cisne inolvidable que se prolongó, nostalgia mediante, hasta este fin de semana.
La celebración había incluido previamente un breve set "solista" de Ozzy, que se mostró sentado en un trono de cuero que reproducía la imagen de un murciélago. No desafinó mucho más que otras veces. A nadie le importó.
Durante varias horas, antes del cierre estelar, el Back to the beginning funcionó como una auténtica maratón de besamanos rockero a Black Sabbath. Desde Ron Wood (Rolling Stones) hasta Tom Morello (Rage Against the Machine), pasando por Sammy Hagar (Van Halen), Billy Corgan (Smashing Pumpkins), Steven Tyler (Aerosmith), Metallica y los Guns N' Roses, entre muchos otros, subieron al escenario y tocaron para expresar su agradecimiento a la banda que inspiró a varios de ellos. Fue un "gracias" en nombre de millones de fans que aprendieron a soportar mejor la vida con un puñado de canciones oscuras. Nota aquí.
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