martes, noviembre 04, 2025

Nito Mestre

 "No me adjudico haber descubierto a Charly, pero casi"

El cantante y músico atravesó una vida de película. Éxitos, prohibiciones, situaciones límite y reconocimientos forjaron un camino que mira sin nostalgia y con agradecimiento. A las puertas de un recital en el que evocará los grandes temas de Sui Generis junto a las canciones de su etapa solista, reafirma que el escenario es su lugar en el mundo: “Hoy creo que un buen show es aquel del que la gente se va feliz”.

Guiado por la intuición más que por el razonamiento, Nito Mestre ha sabido tomar decisiones que marcaron su destino. En esta conversación íntima con El Planeta Urbano, demuestra cómo esa capacidad le permitió construir una mirada vital que trasciende los límites. Desde temprano supo superar contornos: en su juventud se convirtió en la otra mitad de Sui Generis, y formar parte de un dúo que hizo historia en el rock argentino no es para cualquiera. Música de fondo para cualquier fiesta animada de la primera mitad de los setenta, su unión con Charly García fue la pista de despegue de una carrera solista que, desde esa base sólida, se nutrió tanto de la inspirada obra del dúo como de su propio repertorio, siempre sostenido por su condición de intérprete y esa voz eternamente cercana.

En la entrevista, a semanas del concierto en el que evocará los shows de despedida de Sui Generis –ocurridos hace medio siglo– y repasará sus éxitos en solitario, el músico aborda temas diversos que convergen en un eje común: el encuentro. Desde el descubrimiento de una vocación y el vínculo inolvidable con Paul McCartney hasta las veces en que sintió de cerca la muerte.

–¿Dedicarte a la música fue tu primera opción?

–No, pero nací cantando. De chico armé mi primera banda, aunque recién decidí vivir de la música cuando dejé Medicina.

–¿Cuánto tiempo estudiaste en la universidad?

–Llegué a cuarto año, no fue poco. La medicina me sigue gustando. 

Mi padre era médico y violinista.

–¿Cómo te decidiste por la música?

–A medida que avanzaba en la carrera, también crecía la musical. Quería ser cirujano, pero era complicado. Pensé en ser cardiólogo, aunque no tengo un gran pulso. Podría haber sido clínico, pero me parecía poco activo. Soy inquieto y me imaginaba viajando.

–¿Entonces dejaste la universidad por temor a la frustración?

–No. La música tomó más fuerza después del primer disco de Sui Generis. Estaba por reinscribirme para evitar el servicio militar y entendí que seguía estudiando más por eso que por vocación.–¿Eso te convenció?

–Reencontrarme con compañeros y sentir que ya no pertenecía a ese ámbito fue decisivo. Solo se hablaba de medicina, y pensé: “No la veo”

.–¿Fue una decisión impulsiva?

–No. Aunque parezca que actúo por impulso, suelo madurar las decisiones. Necesito evaluar los riesgos. Nota aquí.




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