La poesía es una trampa
para panteras y leones,
adicción para pulpos
con solo dos tentáculos
o jodidos dromedarios
jorobados por dentro,
árboles con hojas numeradas,
siemprevivas que mueren
cada noche,
girasoles licántropos
que siguen a la luna,
melancólicos nomeolvides olvidados,
especies en extinción
que no se extinguen,
minas de carbón
que aprieta el mundo,
trocitos de barro, rellenos o no
de rombos de diamante.
La poesía es el sol diminuto
que la noche tapa
y crees que para siempre,
pero solo es para un rato
que se llama eternidad
Y entre rato y rato
ocurren el verso, la muerte,
el amor y los poemas.
La poesía es una trampa
para cazar nubes,
que deja pasar volando,
por redondas y honradas,
a las que llevan de contrabando
las cuatro o cinco palabras mágicas
que persuaden al mundo
para que no deje de girar:
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