jueves, mayo 22, 2025

Michel Rolland

 “El vino va a ser el futuro de la Argentina”

Para el enólogo, uno de los más prestigiosos del mundo, hay una oportunidad de crecimiento internacional más allá del contexto.

Los cambios en el consumo, el marketing y qué diferencia a un gran vino de uno bueno.

“Vine sólo una vez hace 25 años. Cambió mucho todo. Bueno, cambiamos nosotros”, ríe Michel Rolland, una tarde de otoño, mientras se dispone a charlar con Clarín. No está en un viñedo, sino junto al mar: en Cariló, donde regresó después de un cuarto de siglo para participar este sábado de un torneo de golf que lleva su nombre en el Cariló Golf.

Se define un apasionado de este deporte y muchas veces lo usará para hablar de lo que lo convirtió en un referente mundial: el vino. El francés, de 77 años, es uno de los enólogos más famosos y prestigiosos del planeta, y también quien inició una revolución vitivinícola en la Argentina, cuando llegó a fines de los 80 convocado por Arnaldo Etchart para producir vinos en Cafayate.

Lo que siguió después es conocido. Rolland encaminó esos vinos hacia un producto de calidad, con estándares para competir internacionalmente, y el Malbec fue escribiendo su propia historia.

--¿Cómo es la foto actual del vino argentino?

--El vino siempre tiene que mejorar. Siempre hay que preguntarse qué tendríamos que hacer, porque en un negocio hay que avanzar. Cuando llegué casi 40 años atrás, había que hacer vino porque en esa época Argentina hacía algo tomable, pero no era vino. Realmente cambió mucho y hoy está haciendo lindo vino y, de vez en cuando, grandes vinos. Bueno, hay algunos que se pretenden grandes antes de serlo, pero eso es otra cosa: se llama marketing. Pero hay grandes vinos, podemos tener más aún y va a ser el futuro de la Argentina. Sin dudas, Argentina tiene un espacio muy importante en el mundo porque grandes vinos no hay en todos lados. Hoy, cuando se habla de grandes vinos, la gente va a a decir Italia, Francia, España, Estados Unidos, Chile, Argentina... va a aparecer Argentina, que no aparecía antes. Entonces, es una evolución.

--¿Qué diferencia a un gran vino de un buen vino y de uno con marketing?

-Un vino con marketing se puede hacer en todos lados, se puede hacer al límite. Podríamos en Ushuaia, exagero un poquito... pero se puede hacer vino para vender, hacer una historia. Es un negocio. Pero un gran vino necesita la variedad, el suelo y la manera. Y, después, puede aparecer lo que llamamos un gran vino, que va a ser bueno a cinco, diez, 15 años. Ese es el principio de los grandes vinos: no existen siempre y no hay en todos lados.

-¿Es posible hacer grandes vinos en cualquier lugar en Argentina?

--Por supuesto que no. La característica mayor de un gran vino es que no puede salir de cualquier lugar porque, si no, todo el mundo estaría haciendo un gran vino. Eso es así, es como la mala suerte de la naturaleza. Hay algunos que nacen para ser mejor que otros. Y en el vino es igual. Hay zonas mejores que otras. Sin duda llegará un buen vino, pero el gran vino necesita algo más. No se sabe exactamente qué, pero existe en todos lados. Mira, me encanta el golf. No soy un mal jugador, pero, ¿por qué hay un Tiger Woods y no 100? Todos los demás trabajan, hacen el mismo ejercicio, pero Woods hay uno solo.

Su vino preferido
Hay dos preguntas que Rolland siempre recibe de cajón: cuál es su vino preferido de todos los que ha hecho y cuál el de otro enólogo. Maestro en el arte de la conversación, el francés maneja sus respuestas con firmeza y con elegancia. Del resto, no habla. Y de los suyos, los compara con los hijos: un padre que tiene cinco hijos, ¿diría alguna vez en público quién es su preferido, aunque lo tenga?

La respuesta levanta admiración entre los invitados que vinieron a compartir mesa con Rolland, en dos cenas en el restaurante Ave del apart hotel Ville Saint Germain de Cariló y en el Carpe Diem del Cariló Golf, con vinos de su bodega y platos del chef Olivier Falchi. Fue parte de una “loca idea” que tuvo Nelson Valimbri, el empresario a cargo de ambos complejos: traer a Rolland a la ciudad junto a la vinoteca Elixir Wines. Nota aquí.



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