Médicos y recetas
Y, aplicado, aprendo otras palabras:
estenosis, gradiente, insuficiencia
cardiaca (y otras insuficiencias que me callo),
varios sarcomas, metástasis, isquemias…
un vademécum médico que estudio
en las noches de insomnio y soledades.
No es ni siquiera mi vida un sobresalto.
Es la certeza simple de este cuerpo
que se empeña en fajarse con la vida,
sabiendo que el combate está perdido…
Y eso que sé que hasta el rabo todo es toro
y que, al fin, queda aún mucho partido.
Los amigos me animan y me dicen
que tengo buen aspecto. Y aseguran
que ya quisieran ellos esta pinta
que tengo de rentista jubilado.
Los médicos ayer me recetaron,
como mejor remedio y medicina,
un confesor que siempre me acompañe
y que me absuelva de todos mis pecados,
si las cosas, pongamos, que se tuercen.
No es un mal plan. Ya ves, conviene siempre,
cubrir todos los frentes. Por si acaso.
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