Emocionado homenaje al ‘amortal’ Luis Eduardo Aute
Una veintena de ilustres admiradores interpreta las grandes páginas del cantautor, convaleciente desde hace más de dos años
No hay muchas cosas mejores que las grandes canciones de Aute, pero entre las excepciones habremos de consignar el amor que esas mismas páginas alientan. Lo comprobamos anoche en el WiZink Center madrileño, donde no se dirimió tanto un concierto de homenaje como un acto colectivo de devoción. No es hipérbole: contamos con el aval de casi 12.000 testigos. Y se irán sumando muchos miles más, puesto que este tributo colectivo que anoche vivió su estreno, ‘¡Ánimo, animal!’, visitará a principios del próximo año Barcelona y Valencia antes de hacer las Américas.
A estas alturas, la obra de Luis Eduardo Aute hermana como no hay manera de que nos hermane casi nada en este país. Y es que apenas hay ejemplos de sensualidad, hondura e integridad poética como los que nos ha venido brindando durante cinco décadas este animal de la canción y sus derivados, desde la pintura a la escultura o la cinematografía. “Cuánta gente, ¡será que le queremos!”, resumió con elocuencia Ana Belén, una más en la cualificadísima nómina de admiradores que repasaron ayer algunas de sus partituras más frecuentadas. Ella afrontó De paso con convicción y rotundidad tales como para que los ecos llegaran a oídos, ¡ojalá!, del propio firmante, que reside a pocas manzanas del pabellón. Nota aquí.
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