jueves, febrero 07, 2019

José Larralde

José Larralde, amasando silencios

En mi primer viaje a Argentina traté por todos los medios de asistir al concierto de aquel hombre que cantaba: “Si me vieras por dentro, /si me vieras por dentro, seguro /hallarías el por qué, que yo no encuentro”. Esa y otras muchas letras y canciones grabadas en viejos casetes con los que en no pocas ocasiones, había atravesado España, con su sola voz, me generaron la necesidad de conocerlo. La intercesión de personas queridas, hizo posible el recital y el encuentro. Nada deseaba tanto como compartir con ese maestro, que parece una síntesis perfecta de “la pampa.”

En esa primera visita, intercambiamos discos, abrazos, la amigable charla venida desde dentro; el recuerdo del padre, vasco de nacimiento, y algunas fotos y entre los buenos deseos estaba el reencuentro.                     

 Y se dio en la esquina de la avenida San Juan y San José, en el porteño barrio de Constitución, cuando mi primo Guillermo Rodil se percató de su presencia y en un hábil giro, y entre laberínticas calles, regresamos por ver si don José, que charlaba con una vecina, aún seguía en el paso de cebra, al lado de la gasolinera. Allí estaba. La vecina se marchó y nuestra charla tuvo momentos memorables. Nota aquí.


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