martes, junio 02, 2020

Félix Maraña

Garaje de guardia
Que la vida iba en serio se sabía
mucho antes de leer a Gil de Biedma
y recibir unos golpes de repente
de esos que te duelen o te matan.
Pero en serio, ya en serio, se comprende
cuando vas al garaje y no te arranca
el músculo central del carruaje
que bombea la vida por el árbol.
Y acudes de urgencia a los talleres,
una, dos enfermeras, que son cuatro,
te rodean, asaltan tu esqueleto,
y toman posesión, a sangre y suero,
del trasto que presentas para el trance,
te imponen la salud como quien manda
el carburo vital intravenoso,
que te espanta la muerte de reemplazo,
y te tratan como en hotel de lujo:
No te muevas, nosotras te empujamos.
Por si acaso, tan sólo por si acaso,
no vuelvo de esta jaula de salud,
y me cubre de nieve negro alud,
y no podéis curar este fracaso,
os dejo mi mensaje más sincero:
Muchas gracias por ser mis ocho brazos
y dadme algo de vida, nuevos plazos.
Bien seas enfermera o enfermero,
médico global, mundo sanitario,
exponiendo vuestra vida a diario,
que nunca os lo he dicho, pero os quiero.
© Félix Maraña
[En la antesala de la UCI, calentando motores. Para todos y todas los profesionales de la Salud, que nos tratan por nuestro nombre y nosotros nos olvidamos pronto de los suyos. Decir gracias es ya decir bien poco].


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