miércoles, septiembre 02, 2020

Javier Rodríguez del Barrio

He amado a demasiadas mujeres
-no hablo de sexo-
como para no reconocer en cada una de ellas
el rayo fugaz de las anteriores,
adivinar el cóncavo espejo
que compone toda historia de amor,
y su pertinente tarde de lluvia.

Amor tras amor,
también procuré que la sombra no partiese de mis pies,
que no todo fuese a vida o muerte;
pero la calle aún continúa en obras
y decir lluvia es decir pasado,
cuando ya todo es definitivo en la nocturna ventana de un hospital.

Vivo y escribo de forma póstuma.


0 comentarios: