sábado, septiembre 05, 2020

Luis Zorz

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Claudio Alejandro Gonzalez nos comparte la noticia del fallecimiento y la historia de este artista del fileteado!
LUIS ZORZ es el gran artista fileteador que hizo los carteles del Homero Manzi, El Tortoni y Plaza Mayor entre otros, y también la guitarra tan bella de León Gieco. Es importante saber quien fue para admirar y atesorar su obra en nuestros corazones.

Academia Porteña del Lunfardo

LUIS ZORZ 

Infelizmente, tenemos que comunicar que esta mañana, 2 de septiembre de 2020, falleció en Buenos Aires nuestro Académico honoris causa Luis Zorz, uno de los más grandes fileteadores porteños de toda la historia.                                                                    
Hijo de inmigrantes italianos, Luis Zorz había el 17 de julio de 1932 en el barrio porteño de Flores Sur. Casi toda su vida fue vecino de Villa Lugano. Allí también se instaló con su esposa, María Carmela Agati, cuando se casaron en 1961, y allí nacieron sus dos hijos: Claudia y Sergio. Hace casi una década vivía en el barrio de Parque Patricios. Desde los 12 años aprendió el oficio de letrista y, en forma paralela, el arte del fileteado. Este último de la mano de dos grandes maestros de estilos casi opuestos: Carlos Carboni y León Untroib, quienes también fueron sus grandes amigos.
Zorz desplegó su arte en distintos soportes: primero, en forma anónima, en carros, camiones y colectivos; luego, con sus dos firmas —la que utilizó en su juventud fue “Luisito”— trabajó sobre lajas, tablas, muebles, instrumentos musicales y, excepcionalmente, también sobre telas y calzado. Así, a lo largo de los años, produjo una gran cantidad de obra, que puede apreciarse en lugares públicos, como el Café Tortoni, la Esquina Homero Manzi de San Juan y Boedo, los restaurantes Plaza Mayor y Campo dei Fiori (ambos, en la esquina de San José y Venezuela), el Museo de la Ciudad y la Academia Porteña del Lunfardo. 
Existe además una obra de Zorz más bien anónima, que puede admirarse en lugares tan disímiles como las guitarras de León Gieco, los zapatos del bailarín Juancito Averna o las ilustraciones de la enciclopedia Los Grandes del Tango, editada en 180 fascículos a comienzos de los años ’90. Asimismo, en distintos bares, esquinas y lugares emblemáticos de Buenos Aires es posible admirar alguna de las más de 200 placas recordatorias de artistas populares fileteadas por Zorz para recordar a figuras de la talla de Mercedes Simone, Sebastián Piana, Osvaldo Pugliese, Enrique Santos Discépolo y Leónidas Barletta, entre tantísimas otras. Solo en la calle Boedo hay más de cincuenta. 
Su obra ha sido expuesta, tanto en muestras colectivas como individuales organizadas por la Agrupación Impulso, la agrupación luganense Gente de Artes y Letras, el Museo de la Ciudad, el museo Casa de Yrurtia, la Secretaría de Cultura de San Isidro, el Café Tortoni, el Banco de la Provincia de Buenos Aires, la Academia Porteña del Lunfardo, el Centro Galicia y muchas más. En julio y agosto de 2002, en esta misma Academia, se presentó la muestra Luis Zorz fileteador.
Entre otros importantes reconocimientos y premios, recibió la Orden del Tornillo (1973) de manos de Benito Quinquela Martín, la Orden del Plata (1982) del Ateneo Cultural de San Justo, la Orden del Porteño (1995) de la Asociación Gardeliana y la Orden del Pincel (2015) de la Asociación de Fileteadores. En 2007 fue designado miembro de la Cofradía de la Orden del Lengue. Por su parte, la Dirección General de Patrimonio de la ciudad le otorgó dos importantes distinciones: en 2005, el diploma de Artífice del Patrimonio de Buenos Aires y, en 2008, el diploma de Patrimonio viviente de la UNESCO. En 2011, la Legislatura de Ciudad Autónoma de Buenos Aires lo nombró Personalidad Destacada de la Cultura y, en 2016, la Academia Porteña del Lunfardo lo eligió Académico Honoris Causa. En abril de 2019 la Academia Nacional del Tango le entregó su máxima distinción, el Gobbi de Oro en la inauguración de una retrospectiva de toda su obra. En septiembre de del año pasado otra muestra con algunas de sus obras se presentó también en la Semana del Libro de Tango en el Centro Cultural de la Cooperación.
Debe recordarse que el filete porteño, del que Zorz era el máximo representante vivo, 
ha sido declarado en 2015 Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.         
Todo esto hizo en su vida nuestro querido Luisito. Pero lo más importante para nosotros, los que formamos parte de la Academia Porteña del Lunfardo, es que fue nuestro amigo incondicional desde la misma fundación de la institución.
Vayan estas palabras en memoria de la extraordinaria persona que fue y que será por siempre en nuestro recuerdo.



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