domingo, mayo 16, 2021

Javier Cámara

 “La sociedad no está podrida. La bondad gana por goleada”

El actor riojano cree firmemente en la bonhomía. Y la encarna, como ha hecho ahora con el doctor Héctor Abad Gómez en ‘El olvido que seremos’, la película basada en la obra de su hijo, Héctor Abad Faciolince, que dirige Fernando Trueba. Personifica a este epidemiólogo que fue ángel en medio del infierno de Medellín, entre sicarios, traficantes y mercenarios. Un intérprete meticuloso que nos habla del reto de ser uno mismo, de cómo ser padre cambió su perspectiva vital y del valor de la constancia.

El misterio de la gente normal es uno de los grandes enigmas a los que se apega Javier Cámara en la vida. La clave de un actor, como él, que tiene claro que no hará en pantalla de héroe ni de villano. En cambio, por su físico, por su bonhomía, por su carácter, por su superdotada empatía, este riojano de 54 años puede especializarse en ese tipo de personajes que pasan por la calle y quizás no nos fijamos en ellos, pero esconden dentro de sí un mundo, unas luchas interiores, unas angustias y unas hazañas que les empujan a luchar para sobrevivir desde que se levantan hasta que se acuestan. Cámara los entiende, los observa, los encarna, se los apropia, como hicieron en su día estirpes como las de José Luis López Vázquez o Alfredo Landa, esa generación que luego ha dado paso a lo que él llama sus nietos artísticos: ni más ni menos que los encargados de representar ese gen en pantalla. Pero, en su caso, de forma globalizada y extendiendo la bondad a territorios como Colombia, donde a las órdenes de Fernando Trueba ha dado vida a Héctor Abad Gómez en El olvido que seremos. La película, basada en el libro de Héctor Abad Faciolince, cuenta la historia de un médico mártir en el Medellín de los años de plomo. Entonces, la lucha y el compromiso de personas como él se basaba en algo tan sencillo como salvar vidas contra ciertas bacterias como el tifus o el cólera. Pero en un contexto de violencia sistemática que nos lo devuelve multiplicado en su dimensión ética, pero también práctica, como un genio volcado en hacer algo tan complejo y tan sencillo como lo correcto.

Pregunta: ¿Ya había leído usted El olvido que seremos antes de que le ofrecieran el papel?

Respuesta: Sí, sí, la cantidad de círculos concéntricos que se dan en torno a ese libro fue tremenda. Cuando acabamos de rodar La reina de España con Fernando Trueba, él y Cristina Huete, su mujer, me preguntan qué voy a hacer. Les contesto que me voy a Colombia a rodar Narcos y me dicen que me lleve en la maleta El olvido que seremos. Me lo leo casi entero en el avión y al llegar una buena parte de la gente a la que me encuentro, entre ellos un profesor universitario de Medellín, me comenta que vea el documental que hizo la hija de Héctor, Daniela, Carta a una sombra, sobre su abuelo. Ese mismo día llego a mi hotel y me lo habían enviado. Eso es Colombia. Nota aquí.



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