domingo, mayo 09, 2021

Rodolfo Serrano

 Cuando fuimos

“Yo quiero que seas cobrador de autobús o conserje de la caja de ahorros, algo importante.”
Lo dice Julia Caba Alba en El tigre de Chamberi
Cuando éramos más jóvenes creíamos
que el futuro se encontraba en un trabajo,
seguro y mal pagado. Un puesto fijo
en cualquier oficina o en un banco.
Un empleo sin grandes sobresaltos
que nos llevará, amable y dulcemente,
a una vejez sin miedos a lo oscuro.
Creíamos salvarnos del desastre,
escribiendo con letra y pulso firme
albaranes, pedidos, rellenando
estadillos -copia por triplicado-
poniéndonos al cuello una corbata
y una camisa blanca de a diario.
Hablábamos de fútbol y mujeres,
un poco de política, y los sábados
al cine y a besar a una muchacha,
mientras, duro y moreno, George Chakiris,
el jefe de los Sharks, a navajazos
moría, como un dios, en la pantalla.
Era el rebelde viviendo con nosotros.
Llegamos de la nada hasta la nada.
La nómina segura. Y, sin embargo,
el futuro no estaba en la oficina,
ni en cartas oficiales, ni en contratos,
ni en informes solo para sus ojos,
ni siquiera en los cheques conformados.
Entramos en la noche y no sabíamos
que las estrellas se habían apagado.
Por eso, alguna vez, de madrugada,
cansado y triste y solo, me preparo
una copa y buscó entre mis cosas
los recuerdos perdidos de otro tiempo.
Y rezo porque vuelvan nuestros sueños
los que entonces perdimos frente al miedo.
(Que vuelvan otra vez los dioses y galopen
por cielos y recorran nuestra sangre
como un golpe de luz en la tormenta).
La foto es de
Raul Cancio
.



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