Amanecer en el jardín
El color de las lilas rompe el azul del cielo.
Torbellino de pájaros remueve la mañana.
Abril me trae la calma en medio del desastre.
entre las ramas altas de nubes y de árboles.
Aquí vivo, lejano, muy lejano del mundo,
en esta soledad con gusto a medicinas
y este olor del hastío que se cuela en mi pecho
como un perfume ajeno del que nada recuerdo
(hay una mariposa que ronda por mis manos).
En el aire hay un sueño machadiano y amable,
lo mismo que una gota de rocío olvidada.
No se escucha siquiera el rumor de la calle
ni a los niños que tienen los días sin escuela.
Hoy la luz es un largo estallido de azules.
El aroma de lilas como un licor suavísimo
que me trae el recuerdo de mis años sagrados,
la nostalgia de un tiempo de horizontes abiertos,
cuando todo cabía en el hueco del mundo,
el mismo que ahora vive escondido en tu carne.
(Mi tristeza se abraza a esas ramas que buscan
un cielo azul purísima en el día que nace).
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