Sabina triunfa en Londres en su pulso contra el tiempo
Cinco décadas atrás, Sabina se buscaba la vida en Londres, primero como camarero u hombre-anuncio, luego como trovador de encargo, y queda una estela de apego por esa urbe en la que se incubó al artista que hoy conocemos. Fue allá por 1970 cuando, “con 20 años, huyendo de los últimos coletazos del franquismo”, se encontró “aprendiendo el oficio en la calle, en el metro y en los peores tugurios”, a veces incluso (eso no lo dijo) haciéndose el mexicano y entonando ‘Cielito lindo’. “Y ni en mis sueños más locos me podía imaginar que acabaría tocando para ustedes en el Royal Albert Hall”.
Así fue, este viernes, en esta parada británica de la gira ‘Contra todo pronóstico’, que lo traerá al Palau Sant Jordi el 27 y 29 de septiembre, y que representa el encuentro a lo grande con Sabína tres años después del traspiés (literal) que se llevó por delante sus últimas fechas con Serrat. Una expedición en la que juega al escondite con el paso del tiempo y la mortalidad, como ya auguró el tema inédito ‘Sintiéndolo mucho’, suerte de balance de vida en el que bromea con su episodio hospitalario y se presenta en la brecha, “aunque al fusil ya no le quede ni un cartucho”.
Orgullo en el ambiente
Todavía le quedan unos cuantos, por mucho que se le vea meditabundo y con afán de recapitular: por ahí fue el primer tramo del concierto, donde esa pieza convivió con ‘Cuando era más joven’ y ‘Lo niego todo’. Chaqueta a rayas y ese bombín que un día le inspiraron los diputados precisamente británicos, sentado en una silla durante todo el concierto y cantando, a veces casi recitando, con esa voz grave y rugosa que le acerca a un Tom Waits. La noble sala, con el aforo completo (5.000 personas) y brindando un paisaje inhabitual: público abrumadoramente hispano, tanto español como de ultramar, expresando un orgullo compartido ante la idea de tomar la capital británica por una noche. Nota aquí.
0 comentarios:
Publicar un comentario