Muere Antonio Gala a los 92 años, el regreso del escritor a los verdes campos del Edén
El autor de ‘La pasión turca’ y ‘Anillos para una dama’ ha fallecido este domingo. El poeta y dramaturgo publicó su primera novela, ‘El manuscrito carmesí’, que ganó el premio Planeta en 1990.
El poeta y dramaturgo Antonio Gala ha fallecido este domingo a los 92 años de edad en Córdoba, según han informado a EFE fuentes cercanas a la familia.
El 5 de febrero de 2015 por la mañana, en Málaga, donde le acababan de nombrar hijo adoptivo de la ciudad, Antonio Gala, traje azul y corbata a rayas, melena de león repeinada y voz rota, hizo lo que más le gustaba: enseñorearse del ambiente, dibujar la media sonrisa y, ladeando así el pomo del bastón, masticar suavemente las palabras y gozar escuchándolas, escuchando sus propias palabras: “Los médicos me han declarado libre del cáncer de colon”.
Casi cuatro años antes, el 6 de julio de 2011, Gala (Brazatortas, Ciudad Real, 1936 según unos, 1930 según otros, él nunca quiso hablar del tema) había hecho un anuncio bien distinto en La tronera, la columna que por entonces publicaba en el diario El Mundo: “Padezco un cáncer de difícil extirpación. Y estoy sometido, para tratar de librarme, a un largo puteo, que es igual que una guerra de la que soy el campo de batalla”.
Entre medias, verano de 2012, en una tarde asfixiante en El Pimpi de Málaga, entre jamones colgando y una copa de fino que no probó, el escritor compartía sudor y confesiones con este diario (Gala no sudaba una gota, el periodista del diario, a mares).
- La quimio cura a veces, y destroza siempre. Quita lo malo, también lo bueno, ¿no?
- La enfermedad ha conseguido que yo tome conciencia de la muerte. Yo no tenía ni tengo ningún miedo. Uno se muere, y está bien. Yo ya he durado bastante.
O bien:
- Yo he sido, ya mucho menos, muy de querer de verdad a la gente. De verdad. Y cualquier paso en falso en una amistad podía hacerme un daño terrible.
- ¿Por qué dice que ahora ya mucho menos?
- Porque me moriré, porque ya estoy muy aislado, porque me entrego menos. Porque me dedico a mis perrillos. Me gustaría que nos enterraran a todos juntos. Ellos han sido mi compañía más absoluta. Nota aquí.
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