viernes, noviembre 15, 2024

Rodolfo Serrano

 Un día de otoño

Los arboles dorados, y este cielo
infinitamente azul y nubes blancas.
El rumor de las calles como un eco
de aquellos viejos días de la gloria.
Alboroto de pájaros. Contemplo
el paso de la vida. La mañana
es de luz y reluce como un ascua
que besara el aire cálido de otoño.
Mas hay un algo mágico en las hojas
que caen lentas al paso en las aceras,
igual que plumas de ángeles que anuncian
la llegada del frío y del invierno.
Lejana la ciudad y sus asuntos.
Releo cualquier libro de poemas,
mis versos más amados. Los poetas
que hoy arropa la noche con su sombra.
¿Dónde están Manuel Conde, Pedro Andreu,
José María Alvarez y tantos
que me dejaron solo con mi pena?
Maldita sea la vida y su desastre.
Y pasará este otoño y en la casa
vendrá este primer frío de la carne
calándome, mortal, hasta los huesos,
como un latido cruel contra la sangre.
(Espero ya sin miedo de la noche.
Agarrado a tu mano. Inevitable)
Foto de Raul Cancio.



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