Si te matan, que sea con un beso
Si te matan, que sea con dos besos.
Si rematan, con dos besos más.
Pero no te resistas jamás
A morir como mueren los huesos,
sobre todo si no se los das,
cuando vives y saben que estás,
amarrado como están los presos.
Tú reparte entretanto más besos
suficientes, alegres, traviesos,
entregados generosamente.
No repares si son en la frente,
en los labios o la mano abierta.
Bésame hasta que muera despierta.
Para Rodolfo Serrano , que me cita, como se cita a los clásicos, después de haberlos leído
0 comentarios:
Publicar un comentario