RETRATO ÍNTIMO DE «LLUÍS LLACH»
Fue la noche del 24 de febrero de 1987 en el Teatro Monumental del Madrid –Lluís Llach nos presentaba, en directo, su última creación: "Astres"–; aquella noche fue muy importante para mi; una de esas noches que te quedan grabadas en el recuerdo como una definitiva e imborrable huella de la aventura que supone el cotidiano –y no siempre fácil– ir dándole sentido a tu propia existencia. Tan importante fue, que no puedo prescindir de aquella noche al escribir ahora este retrato.
He de confesar que desde que escuché cantar por primera vez a Lluís, y siempre que, por unas u otras razones, tuve la oportunidad de encontrarme con él, experimenté una íntima sensación que navegaba, insistentemente, entre la magia, el misterio y la seducción. ¡Sí!, había algo mágico y misterioso en aquel hombre –en su voz, en su palabra, en su música, en su mirada limpia– que me seducía; que lograba arrinconar –o dejar aparcar– toda mi racionalidad y que movilizaba todos mis sentimientos.Crónica aquí.
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