lunes, febrero 17, 2020

Elvira Sastre

Joaquín sigue siendo Sabina

Que Sabina se caiga y el show se suspenda no debería ser noticia más allá del propio susto. La noticia debería ser que el andaluz sigue levantándose, una y otra vez

Es estimulante ver cómo en esta época de nuevos y fugaces talentos, donde prima el single frente al álbum, en la que si no tienes presencia en redes a pocos les interesa dónde cantas, en la que importa más la foto con el nuevo antes que con los de siempre, aún resiste el consenso y somos conscientes de la suerte que tenemos por tener a dos grandes maestros vivos y en activo, como es el caso de Serrat y Sabina.

Es fácil que uno crezca con la idea de que sólo se puede aprender cuando no sabe nada, que nada tiene la vida que enseñarnos cuando ya la hemos sufrido. Sin embargo, llegan dos señores de setenta y seis y setenta y un años, se calzan la americana y la guitarra y salen a comerse el WiZink Center de Madrid como si entre los dos sumaran cien años menos de los que marcan sus cuerpos y uno siente, por suerte, que el camino es infinitamente largo. Nota aquí.


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